Pocas cosas en el deporte se comparan con la sensación de ver a un jugador de tu equipo pegar un grand slam Leer
El primera base de Los Angeles Dodgers, Freddie Freeman, conectó un grand slam durante la parte baja de la décima entrada del Juego 1 de la Serie Mundial que le daba el triunfo 6-3 a su equipo ante los New York Yankees.
El tablazo de Freeman puso a recordar a muchos aficionados, especialmente a los de Dodgers, a aquél cuadrangular del Juego 1 del Clásico de Otoño de 1988 conectado por Kirk Gibson.
En 1988, Gibson pegó un ‘bambinazo’ por todo el jardín derecho del Dodger Stadium en contra de los Oakland Athletics y su as del relevo, Dennis Eckersley, para darle el triunfo a los Dodgers de una manera tan dramática y espectacular como sucedió el pasado viernes.
El jonrón de Gibson le dio el triunfo a los Dodgers en ese juego 5-4, y a la postre los angelinos se coronaron en esa temporada tras ganar la Serie Mundial en cinco partidos (4-1), y ahora la fanaticada de los Dodgers espera vivir un déjà vu 36 años después.
La diferencia entre los batazos de Gibson y de Freeman, es que Gibson lo hizo con un hombre en las almohadillas cuando el partido estaba a favor de los A’s 3-4, para darle la vuelta a la pizarra con dos carreras, además de que en aquella ocasión Gibson entró como bateador emergente ante la desesperación del manager Tom Lasorda de sacar un triunfo en el primer juego de la serie.
Ahora, Freeman jugó todo el partido, pero más allá de eso, el vuelacercas del inicialista de los Dodgers fue mucho más espectacular aún que el del propio Gibson, ya que Freeman conectó un grand slam.
Como dijimos, Gibson pegó un jonrón de dos carreras al encontrar a un corredor en las bases, pero eso fue suficiente para pasar a la historia como uno de los momentos más recordados en la historia de una Serie Mundial y de toda la historia de la MLB.
Freeman pegó un jonrón denominado en el mundo de la pelota caliente como «grand slam», y la explicación de su significado es demasiado sencilla.
Un grand slam es cuando un bateador conecta un jonrón con la casa llena, es decir, con corredores en primera, segunda y tercera base para producir cuatro carreras, lo máximo que se puede hacer en un turno al bat.
Freeman conectó el lanzamiento del pitcher cubano-estadounidense Néstor Cortés por el mismo costado que lo hizo Gibson hace 36 años, por todo el jardín derecho, y produjo una sensación similar, pero mayor aún, no solamente por tratarse de un grand slam, sino porque además lo hizo en contra de los Yankees y fue para dejar plantados en el diamante a los mismísimos Bombarderos del Bronx.
En un instante, Freeman entró a la inmortalidad con un cuadrangular que vivirá en el recuerdo de la fanaticada al Rey de los Deportes con su grand slam en el Juego 1 de la Serie Mundial 2024.
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