El japonés firmó con Los Angeles Dogers dispuesto a hacer historia y en 10 meses en la franquicia ya tiene lo más soñado: ganar la Serie Mundial Leer
El año perfecto de Shohei Ohtani: una máquina de hacer dinero
La estruendosa llegada de Shohei Ohtani a los Dodgers fue sin duda el traspaso más rutilante de la historia de la MLB, y no sólo era por el dinero desembolsado por la franquicia de Los Angeles, sino por todo lo que se avecinaba que el japonés podría lograr con el equipo de Elysian Park.
El primer impacto que sobrevoló la historia del traspado de Ohtani no fue el cambio de equipo en la ciudad ni las 32 millas que tendría que modificar su vida por la distancia que hay entre el Angel Stadium de Los Angeles Angel, su antiguo equipo, al Dodger Stadium, su dueva casa, sino la fortuna que tuvieron que abonar para que ese pase se concretara.
La fortuna de $700 millones que tuvieron que pagar al japonés por 10 años de contrato ahora ya lo ven como una inversión bien realizada dentro de la franquicia, ya que gracias al aporte del bateador japonés los Dodgers han vuelto a catapultarse en la cima de MLB y en el mercado asiático.
Esta cifra que recibió Ohtani es casi el doble del siguiente contrato más grande en la MLB: el de Aaron Judge, que firmó con los Yankees por US$ 360 millones por nueve temporadas en 2023.
Tras ese acuerdo, la prensa especializada se hicieron eco de la seguridad con la que obraba el equipo de Los Angeles. «Shohei es un talento único en una generación y uno de los atletas profesionales más emocionantes del mundo», comentó Mark Walter, presidente de los Dodgers, apenas cristalizada la firma del contrato.
El famoso partido ante Miami Marlins en el LoanDepot Park, disputado el 19 de septiembre, marca sólo uno de los tantos éxitos de Ohtani con los Dodgers. Ese día, el bateador japonés no sólo logró un récord imbatible en la historia de la MLB al lograr en una temporada 50 jonrónes y 50 bases robadas, sino que ese día la pelota con la que Shohei logró ese récord terminó marcando otro récord jamás alcanzado.
A pesar de la disputa legal que ocasionó esa famosa pelota entre dos aficionados que se atribuyen haberla agarrado (uno denunció al otro de habérsela arrebatado de la mano), ésta terminó siendo subastada por la casa Goldin Auctions y logró una cifra que estaba imbatida desde 1998.
En aquel año, la bola del jonrón número 70 de Mark McGwire fue vendida sin pasar por una subasta por la astronómica suma de $3 millones y tuvo que llegar Ohtani y pasar 26 años para romper esa cifra para poner a $4,392 millones como el nuevo tope que se paga por una pelota de béisbol.
Por algo insistieron los Dodgers en tener a Ohtani en sus filas. Tan es así que ni los problemas que tuvo con Ippei Mizuhara, su intérprete, con el tema de apuestas (después de robarle $17 millones al bateador) puso en duda a la franquicia sobre la honestidad del jugador japonés, porque estaban convencidos de que con él iban a lograr cosas tan importantes como llevarse de nueva una Serie Mundial, la segunda tras aquella ganada a Oakland Athletics en 1988.
El impacto económico con la inserción del nombre de los Dodgers en el mercado de Japón y en el continente asiático es tal que el merchandasing que se consume del equipo de Los Angeles se ha disparado hasta cifras inhóspitas.
«El objetivo era llegar hasta aquí (Serie Mundial) después del contrato que firmé», había declarado Ohtani apenas ganaron a los Mets para citarse con los Yankees.
Ohtani terminó la temporada regular de la MLB con 134 carreras anotadas, 130 carreras impulsadas, 59 bases robadas y 54 jonrones. En la postemporada ha anotado 12 carreras, impulsado 10 y 3 jonrones.
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