En la mañana del miércoles 2 de abril, funcionarias del Congreso de la República denunciaron casos de acoso y agresión sexual dentro de la institución. A través de mensajes escritos en los espejos de los baños del Capitolio, expusieron la problemática y señalaron la ineficacia del protocolo establecido hace dos años para prevenir y atender estas situaciones.
Frases como “Aquí a los acosadores les renuevan el contrato”, “Los que protegen a Jere me acosan a mí”, “La sororidad les quedó en discurso” y “Rompimos el silencio y nada pasó” acompañaron la etiqueta #DenunciaInsegura, en un intento por visibilizar la falta de respuesta de las autoridades frente a sus denuncias.
Una de las denunciantes es la exfuncionaria Tania Acero, quien aseguró haber sido víctima de agresión sexual dentro del Congreso. Pese a que acudió al protocolo institucional, no recibió acompañamiento ni apoyo legal, y su presunto agresor continúa laborando en el Capitolio. Ante la falta de garantías, Acero optó por renunciar para evitar compartir el mismo espacio con la persona que la habría agredido.
Las denuncias también fueron formalizadas mediante un comunicado en el que las afectadas relatan la difícil situación que viven dentro del Congreso y la respuesta insuficiente de las autoridades. Estas revelaciones han generado un fuerte rechazo por parte de varios senadores, quienes exigen medidas concretas para garantizar la seguridad y el respeto dentro de la institución.
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