Durante su rendición de cuentas, el gobernador de Córdoba, Erasmo Zuleta, hizo una analogía audaz al comparar el potencial del departamento con el modelo de desarrollo de Dubái, uno de los destinos turísticos más emblemáticos del mundo. El mandatario afirmó que, al igual que Dubái —que surgió de un desierto y se transformó gracias a la inversión estratégica de sus regalías del petróleo y la minería—, Córdoba debe prepararse para una transformación estructural que impulse el turismo como motor de desarrollo.
“Dubái era un desierto, no tenía nada. Invirtieron las regalías del petróleo y hoy es uno de los destinos más visitados del mundo. Nosotros también tenemos recursos naturales, pero necesitamos cambiar la visión y generar condiciones reales para el turismo”, expresó Zuleta.
El gobernador enfatizó que cada turista que llega a un destino puede generar entre cinco y siete empleos directos, lo que convierte al turismo en una oportunidad concreta para dinamizar la economía y generar empleo digno en el departamento.
Sin embargo, Zuleta fue enfático en señalar que hablar de turismo sin resolver problemas estructurales es inviable. Cuestionó que, en la zona costanera, la erosión está acabando con las pocas playas disponibles, los municipios no cuentan con acceso constante al agua potable, existen deficiencias en sistemas de alcantarillado y las vías de acceso a muchos destinos están en mal estado.
“No podemos hablar de turismo cuando nuestros municipios costeros no tienen agua, las carreteras están deterioradas y la infraestructura básica no existe. Si no solucionamos eso, el discurso se queda en el aire”, puntualizó.
Zuleta también advirtió que los países árabes ya están anticipando el fin del ciclo minero-energético y están apostándole al turismo como alternativa sostenible. Ante este panorama, planteó la pregunta clave: ¿cómo se está preparando Córdoba?
El gobernador cerró su intervención reafirmando su compromiso con una agenda de transformación que priorice la inversión inteligente de los recursos del departamento y la creación de condiciones reales para que Córdoba pueda competir como un destino atractivo y sostenible en el Caribe colombiano.
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