Armando Benedetti, exembajador y hombre de confianza del presidente Gustavo Petro, vuelve a estar en el centro del escándalo. Esta vez, señalado por presunto maltrato verbal y presiones indebidas dentro del Gobierno, lo que habría precipitado la salida de Ángela María Buitrago del Ministerio de Justicia.
En una rueda de prensa convocada por ella misma, la ahora exministra no solo desmintió la versión oficial del presidente Petro —quien afirmó haberle pedido la renuncia y defendió a Benedetti diciendo que “no hay que acusar a gente inocente”—, sino que reveló detalles alarmantes sobre la conducta del polémico exfuncionario.
“Armando es consciente de muchas de las cosas que yo he dicho. Ya trasladé a las autoridades competentes cada uno de los medios probatorios”, aseguró Buitrago, dejando claro que existen pruebas documentadas de su denuncia.
Las declaraciones de Buitrago, firmes y detalladas, acusan directamente a Benedetti y a otros funcionarios de ejercer presiones políticas para ubicar cuotas burocráticas en su cartera. “Son hechos ciertos, con minuto a minuto. Hechos que no deberían aceptarse porque constituyen injerencia indebida”, sentenció.
Buitrago no es la primera mujer en señalar a Benedetti por conductas violentas o abusivas. Ya existen antecedentes de denuncias por maltrato verbal y psicológico hacia otras colaboradoras. El Gobierno de Petro, sin embargo, ha optado hasta ahora por minimizar estos señalamientos, protegiendo a un hombre cada vez más cuestionado.
La salida de la ministra, que debía fortalecer la institucionalidad y la independencia judicial, se convierte ahora en un nuevo capítulo del entramado de poder, abuso y silencio que rodea al círculo cercano del presidente.
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