En una nueva escalada de su política proteccionista, Donald Trump advirtió que impondrá un arancel del 25% a los iPhones si Apple no traslada su producción a Estados Unidos. El expresidente también contempla medidas similares contra productos europeos y otras tecnológicas, presionando para que la fabricación se realice en suelo estadounidense.
Sin embargo, expertos advierten que fabricar un iPhone en EE. UU. multiplicaría los costos. Actualmente, producir un iPhone en China cuesta unos 450 dólares, pero hacerlo en territorio norteamericano podría elevar el precio final por encima de los 2.000 dólares, algo difícil de sostener en el mercado.
Apple, por su parte, ya avanza en una estrategia alternativa. Su CEO, Tim Cook, anunció que gran parte de los iPhones vendidos en EE. UU. en 2025 serán ensamblados en India, donde los costos son solo ligeramente superiores a los de China. Actualmente, un 18% de sus teléfonos ya se producen allí, y se espera que esta cifra crezca al 32% el próximo año.
Aunque Apple ha prometido inversiones por 500.000 millones de dólares en Estados Unidos en áreas como chips e inteligencia artificial, no contempla fabricar iPhones en el país. Frente a la presión de Trump, la compañía podría intentar negociar exenciones, pero si la amenaza se concreta, deberá decidir entre asumir el costo o trasladarlo al consumidor.
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