Un grupo de 16 exjefes de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), encabezado por Salvatore Mancuso, solicitó al presidente Gustavo Petro la suspensión de su designación como gestores de paz y el fin de su relación con la Oficina del Alto Comisionado para la Paz. En una carta enviada al mandatario, los firmantes acusan al comisionado Otty Patiño de incumplimientos reiterados y de convertir su nombramiento en un acto simbólico sin implicaciones reales, pese a haber seguido durante meses las instrucciones del Ejecutivo sin recibir respaldo logístico, ni ser convocados a mesas técnicas.
Los excomandantes, algunos de los cuales enfrentan amplio rechazo público por sus antecedentes, afirman que la relación con la Oficina se fracturó definitivamente tras la cancelación de una reunión clave sobre el proceso de paz de Santa Fe de Ralito y su eventual rol en la política de “paz total” del Gobierno. La cita fue anulada a último momento, pese a que el Instituto Nacional Penitenciario ya había autorizado los traslados necesarios desde las cárceles. Salvo por el caso de Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, quien participó en acercamientos en Medellín, los gestores no pudieron desarrollar las tareas que se les habían encomendado.
Pese al rompimiento con el Alto Comisionado, los firmantes reiteran su disposición a contribuir con la construcción de paz en Colombia, aunque piden que sea el propio presidente Petro quien encabece un eventual diálogo. En su comunicación, expresan que están dispuestos a continuar o, en su defecto, aceptar la revocatoria definitiva de su designación. El episodio agrava las tensiones dentro del Gobierno frente a su estrategia de paz, en especial con relación al proceso de cierre del acuerdo de Ralito, firmado hace más de dos décadas bajo el mandato de Álvaro Uribe, y cuyo tratamiento divide a sectores políticos y sociales en el país.
