Por: Kevin Chica Osorio
En el día del cumpleaños de Córdoba, cientos de ciudadanos se encontraron con las puertas cerradas de uno de los mayores atractivos de la Feria Nacional de la Ganadería: El Pueblito Cordobés.
La obra, que tuvo una inversión superior a los $20.836 millones del Sistema General de Regalías, fue concebida como un espacio para el disfrute de todos los cordobeses. Sin embargo, este miércoles fue cerrada para realizar una exclusiva Fiesta Blanca, a la que solo accedió la élite local, empresarios e invitados especiales del gobernador Erasmo Zuleta Bechara.
Lo que más indignación generó no fue solo el cierre del sitio público, sino la versión entregada por la Oficina de Comunicaciones de la Gobernación de Córdoba, que justificó el cierre alegando supuestas “labores de mantenimiento”.
“Les pedimos nos ayuden a informar los horarios de atención al público en el Pueblito Cordobés. Mañana se suspende por labores de mantenimiento. El jueves se abrirán nuevamente las puertas con toda la programación”, señalaba el comunicado oficial.
Para muchos, este argumento no fue más que una excusa disfrazada para ocultar un evento privado, en una obra financiada con recursos públicos.
¿Privatización encubierta?
Durante las anteriores versiones de la feria, el Pueblito Cordobés siempre estuvo abierto a todo el público, incluso cuando fue impulsado por el exgobernador Orlando Benítez Mora, quien defendía el carácter popular del espacio.
Hoy, las críticas apuntan a una gestión que parece restringir el acceso al pueblo, favoreciendo círculos cerrados en actos que deberían ser de todos.
> “¿Si la Feria es de Todos, por qué no dejan entrar a Todos?”, se preguntaban los asistentes desde las afueras del lugar.
Este episodio deja un mal sabor en los cordobeses y siembra dudas sobre la transparencia, el respeto por lo público y la verdadera inclusión en la fiesta más representativa del departamento.
