El novato de Cincinnati ponchó a los primeros cinco bateadores que enfrentó, incluyendo a Aaron Judge, y se perfila como el nuevo gran fenómeno del béisbol Leer
Chase Burns simplemente no pudo haber escrito un mejor primer capítulo en su carrera como lanzador en las Grandes Ligas. El novato de los Rojos de Cincinnati vivió una noche increíblemente mágica al conseguir una hazaña que no se veía desde hace medio siglo, ya que ponchó a los primeros cinco bateadores que enfrentó en su debut en la MLB, una marca histórica que encendió los reflectores del mundo del béisbol.
Burns llegó a las Grandes Ligas, después de apenas 13 apariciones en ligas menores, en las que impresionó con una efectividad de 1.77 en 66 entradas y un total de 89 ponches. Su ascenso fue meteórico, y el reto no podía ser mayor: debutar nada menos que contra los Yankees de Nueva York, una de las ofensivas más temidas del béisbol.
En su primera entrada, no sólo retiró a los dos primeros bateadores por la vía del ponche, sino que enfrentó a Aaron Judge, uno de los bateadores más dominantes de las últimas dos décadas, y también lo ponchó con autoridad. La confianza, el control y la potencia del brazo de Burns dejaron claro que no llegó para probarse, sino para quedarse.
Lo que hizo Chase Burns no es algo que se vea todos los días, ni cada temporada. Según datos de OptaStats, Burns es el único lanzador novato en los últimos 50 años que ha logrado ponchar a sus primeros cinco rivales enfrentados en un debut en la MLB.
En la segunda entrada continuó con su dominio, abanicando a los dos primeros bateadores y luego, tras permitir su primer hit, volvió a recetar otro ponche, esta vez contra Anthony Volpe. Así completó dos entradas sin que su defensa tuviera que intervenir para sacar un solo out: todo fue obra de su brazo.
Este tipo de actuaciones no sólo son llamativas, sino que marcan el inicio de una carrera que podría ser brillante. En una liga donde el margen de error para los lanzadores jóvenes es mínimo, Burns mostró temple, repertorio y mentalidad de élite.
Las comparaciones no se hicieron esperar. Para muchos, Chase Burns podría ser el Paul Skenes de este año, una nueva sensación que, desde su primer día, demuestra tener lo necesario para convertirse en un as del pitcheo.
Skenes, quien debutó con los Piratas de Pittsburgh el año pasado y rápidamente se convirtió en uno de los lanzadores más dominantes de la liga, estableció una nueva vara de exigencia para los novatos. Burns, con su potente recta, su control y su temple bajo presión, parece seguir ese mismo camino.
El béisbol está hambriento de nuevos ídolos y figuras jóvenes que renueven el espectáculo, y Chase Burns ha dado un paso gigantesco en esa dirección. Su debut no sólo fue prometedor, sino histórico.
Con cada lanzamiento, el novato de los Rojos envió un mensaje claro: está listo para escribir su propia historia en las Grandes Ligas… y podría ser una grande.
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