En una jornada clave para la justicia estadounidense y la industria del entretenimiento, el reconocido productor musical Sean “Diddy” Combs fue declarado culpable de transporte para ejercer la prostitución, aunque resultó absuelto de los cargos más graves, como tráfico sexual y crimen organizado. El veredicto, emitido por un jurado compuesto por ocho hombres y cuatro mujeres, dejó en suspenso la posible condena, que podría alcanzar hasta 20 años de prisión. Mientras tanto, la Fiscalía adelantó que solicitará pena de cárcel, argumentando un patrón de conducta delictiva prolongado y descontrolado por parte del artista.
Uno de los puntos clave del caso fue el papel de Cassie Ventura, ex pareja de Combs, cuya denuncia civil en 2023 habría encendido la mecha del proceso penal. Su abogado, Doug Wigdor, afirmó que la valentía de Ventura fue fundamental para abrir la puerta a una condena parcial. “Este caso demuestra que el cambio era urgente”, dijo Wigdor, quien también denunció que durante décadas hombres poderosos han actuado con impunidad. La declaración subraya el impacto del juicio más allá de lo judicial, como reflejo de un giro cultural en la tolerancia hacia el abuso en el entretenimiento.
La escena final del juicio fue tan teatral como simbólica: Combs se arrodilló en silencio antes de aplaudir a la galería, que respondió con vítores. Su defensa celebró el fallo como una victoria parcial, destacando que se libró de una posible cadena perpetua. Aun así, la Fiscalía sostiene que Combs representa un riesgo y no debería ser liberado. El juez Arun Subramanian agradeció al jurado por su compromiso de diez semanas, destacando su servicio como “una inspiración”. La sentencia, que se espera en las próximas semanas, será decisiva para el futuro legal del artista y para la percepción pública de una figura que durante décadas dominó los escenarios y las portadas.
