El Gobierno de Japón ha actualizado su plan nacional de prevención de desastres ante la amenaza de un posible megaterremoto en la fosa de Nankai, una de las zonas más sísmicamente activas del país. La nueva estrategia, adoptada por el Consejo Central de Prevención de Desastres, reemplaza el plan de 2014 e incluye medidas reforzadas con el objetivo de reducir en un 80 % las muertes proyectadas en caso de un gran sismo.
De acuerdo con las proyecciones más recientes, un evento de gran magnitud en esa región podría causar hasta 298.000 muertes. El nuevo plan contempla acciones más agresivas como el refuerzo estructural de viviendas vulnerables antes de 2035, la creación de mapas de riesgo de tsunamis y simulacros masivos de evacuación antes de 2030. También se busca reducir a la mitad la cifra estimada de edificios destruidos o incendiados, actualmente calculada en 2,35 millones.
Además de las mejoras físicas, Japón fortalecerá la coordinación logística entre municipios y el sector privado para garantizar la entrega de ayuda durante una emergencia. Se prevé además mejorar las condiciones de los refugios temporales y abastecerlos con insumos esenciales como camas, baños portátiles y suministros médicos. La fosa de Nankai, ubicada entre Shizuoka y Kyushu, ya ha sido epicentro de devastadores terremotos en el pasado, por lo que las autoridades consideran vital este nuevo enfoque preventivo.
