Dave Roberts sabe que se puede componer el camino Leer
Houston Astros expone el punto débil de Los Angeles Dodgers tras su vergonzosa derrota

Para Los Angeles Dodgers, las celebraciones del 4 de julio, aniversario de la Independencia de Estados Unidos, fueron saboteadas por Houston Astros tras una vergonzosa paliza de 18-1 en su propio Dodger Stadium. Es la peor derrota en la historia del estadio, los Dodgers permitieron 10 carreras en una sola entrada y vieron a su cuerpo de lanzadores desmoronarse frente a su público local. Dave Roberts, fiel a su estilo de «tú solo sal del lodazal», hizo poco por evitar que el daño fuera menor.
Los números lo decían todo. Ben Casparius fue castigado con seis carreras limpias en tres entradas, permitiendo cuadrangulares consecutivos de dos carreras a José Altuve y Christian Walker en la tercera. La situación se complicó aún más con la entrada de Noah Davis, quien permitió 10 carreras en tan solo 1.1 entradas. Al final de la noche, los Dodgers habían permitido 18 carreras limpias y 17 hits, su peor derrota de local desde 1999.
La paliza de los Astros expuso un problema evidente que ha estado rondando discretamente toda la temporada: la fragilidad del pitcheo de Los Angeles Dodgers, tanto abridores, relevistas como cerradores. Al comenzar la noche, Los Ángeles ocupaba el puesto 23 en efectividad colectiva, y esa cifra se disparó tras la sorpresiva derrota. El bullpen tuvo dificultades para contener el caos, y un jugador de posición finalmente se vio obligado a lanzar, una clara señal de la rapidez con la que se desmoronó la situación.
Para un equipo con aspiraciones al campeonato, partidos como este plantean dudas legítimas sobre la profundidad y la durabilidad en el montículo. La ofensiva de los Dodgers, por su parte, solo logró una carrera, un home run solitario de Will Smith, y conectó cinco hits en total. Si bien una derrota no define una temporada, la desigualdad de la derrota la hace más difícil de ignorar.
La falta de bateo fallido y de control en el cuerpo de lanzadores se ha vuelto más difícil de ignorar. Con demasiada frecuencia, los abridores no han logrado llegar lejos en los partidos, lo que aumenta la presión sobre un bullpen que ya ha acumulado entradas considerables. Si a eso le sumamos la irregularidad en los strikes y un oponente como Houston, el resultado era inevitable. Si Los Ángeles espera competir hasta bien entrado octubre, su pitcheo necesita más que un simple reinicio: necesita respuestas.
Roberts dejó claro que el equipo necesitaría reorganizarse rápidamente con dos juegos restantes en la serie. Con el regreso esperado de Emmet Sheehan, podrían venir cambios, especialmente para Casparius, quien ha tenido dificultades para adaptarse a su rol de abridor. Si los Dodgers quieren mantener su ventaja en la competitiva División Oeste de la Liga Nacional, necesitarán mejorar rápidamente, especialmente contra equipos de élite como Houston.
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