Con serenidad y una profunda carga emocional, María Claudia Tarazona, esposa del precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ofreció su primera entrevista pública tras el atentado que casi le cuesta la vida a su esposo. En diálogo con el programa Los Informantes de Caracol Televisión, relató los angustiosos momentos que vivió el pasado 7 de junio, cuando sostuvo entre sus manos la cabeza herida de Uribe, mientras era trasladado de urgencia a un centro médico.
“Iba en la ambulancia con la cabeza de Miguel entre mis manos. Le decía: no te mueras, no te mueras, tienes que volver a abrazar a tu hijo. Y logramos llegar. Fueron los 15 minutos más largos de mi vida”, confesó Tarazona, al recordar el instante que marcó su vida.
El atentado ocurrió en el barrio Modelia, en Bogotá, mientras Uribe participaba en actividades propias de su campaña. El hecho causó conmoción a nivel nacional e internacional, y puso en estado crítico al precandidato, quien fue trasladado a la Fundación Santa Fe, donde fue sometido a una compleja intervención neurológica.
Según relató su esposa, la noche previa al ataque había sido especial. Compartieron un momento íntimo y alegre, alejado de las tensiones políticas. “Cantamos, bailamos, se nos desapareció el mundo entero”, expresó. Para ella, esa conexión emocional fue lo que le dio fuerzas para enfrentar la tragedia que vendría horas más tarde.
Tarazona también habló de las primeras 48 horas tras el atentado, calificándolas como las más difíciles y devastadoras. Recordó que en ese momento los médicos le hablaron de una posible muerte cerebral. Sin embargo, desde entonces se aferró a la fe, a la ciencia y a lo que describe como “una cadena de pequeños milagros”.
“Yo no vi las imágenes del atentado y no quiero verlas. Me aferro a Dios, a la ciencia y a las oraciones. Dios es mi papá y sé que hará lo mejor para mí”, afirmó.
Sobre el estado actual de salud de Miguel Uribe, la familia mantiene reserva por respeto a los protocolos médicos. Tarazona aseguró que él permanece en cuidados intensivos y que está recibiendo la mejor atención posible.
Uno de los momentos más impactantes de la entrevista fue su reflexión sobre el autor material del ataque: un menor de tan solo 14 años. Lejos de expresar odio, la esposa del precandidato mostró una postura compasiva.
“Es un niño. A los 14 años debería estar pateando un balón, no empuñando un arma. El problema no es él, es la sociedad que lo convirtió en un instrumento de guerra”, sentenció.
Sus declaraciones contrastan con el clima de polarización que vive el país, y revelan una dimensión humana en medio del dolor, marcada por la fe, la esperanza y la empatía.
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