Por: Orlando Benítez Quintero Hace unos años, el periodista Andrés Oppenheimer vaticinó que el periodismo —y otras profesiones— estaban destinadas a desaparecer. Hoy, la realidad dice otra cosa, el mundo tiene más necesidad de contar historias, de interpretarlas, de comunicar. En tiempos de ruido digital e inteligencia artificial, la comunicación sigue siendo brújula y estando
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Comunicación social: la profesión que no caduca

Por: Orlando Benítez Quintero
Hace unos años, el periodista Andrés Oppenheimer vaticinó que el periodismo —y otras profesiones— estaban destinadas a desaparecer. Hoy, la realidad dice otra cosa, el mundo tiene más necesidad de contar historias, de interpretarlas, de comunicar. En tiempos de ruido digital e inteligencia artificial, la comunicación sigue siendo brújula y estando de moda. Y más que eso: siendo vital para cualquier sector.
Estudiar comunicación no es una apuesta del pasado, sino una decisión inteligente para el presente y el futuro. Ninguna organización -pública o privada, grande o pequeña- puede crecer sin una estrategia de comunicación efectiva.
Según la Unesco, las industrias culturales y creativas —que incluyen medios, publicidad, diseño, contenidos digitales, software y afines— generan más de 30 millones de empleos en el mundo y estas representan casi el 3 % del PIB global. En Colombia, el Dane revela que este sector aporta el 2,8 % del PIB, con más de 450 mil empleos directos y 1,2 millones indirectos. Además, el Observatorio Laboral para la Educación indica que más del 75 % de los comunicadores se insertan en el mercado laboral, superando el promedio de muchas otras disciplinas.
Según la Cepal, el sector cultural en América Latina emplea cerca de 5 millones de personas, y al menos una cuarta parte se desempeña en áreas de la comunicación social, como periodismo, publicidad, comunicación organizacional, marketing, relaciones públicas y producción de contenidos. La demanda de estos perfiles crece a un ritmo del 7 % anual, impulsada por el auge de medios digitales, redes sociales y nuevos formatos. En Colombia, según cifras de LinkedIn y elempleo.com, entre mayo y junio de 2025, se registraron en promedio más de 4.400 vacantes mensuales activas en cargos para periodistas y redactores, community managers, estrategas, analistas de comunicaciones, creativos publicitarios y asesores en marketing digital. Confirmado: la comunicación no solo está vigente, sino que es clave para el desarrollo profesional y económico del país.
Esta es una de las pocas profesiones que se transforman sin perder su esencia, que sigue siendo la responsabilidad, el equilibrio y la verdad. Se necesitan comunicadores con criterio ético, sensibilidad social y dominio técnico, capaces de leer el entorno, proponer soluciones y conectar con las audiencias. Formar profesionales en esta área no es solo una apuesta por el conocimiento: es también una forma de resistir frente a la posverdad, de hacerle contrapeso a las fake news y de defender el derecho ciudadano a una información veraz y de calidad.
En Córdoba -donde hace tres décadas estudiar Comunicación implicaba irse lejos de casa- hoy tenemos otra realidad. Contamos con programas de calidad como el de la Universidad del Sinú, que este año cumple 25 años, en el que muchos de sus estudiantes emprenden, hacen prácticas tempranas y consolidan proyectos propios.
La comunicación sigue de moda, pero no como tendencia fugaz, sino como una herramienta para construir sociedad, fortalecer la democracia y conectar mundos. Para quienes tienen vocación, creatividad, sensibilidad y deseo de transformar realidades, no hay duda: comunicación social es la mejor carrera que se puede elegir.
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