🇨🇴 Fracaso sangriento de la “Paz Total” de Petro: ELN asesina a tres militares en pleno 20 de julio
Mientras el país celebraba el Día de la Independencia con desfiles militares, en la zona olvidada del Catatumbo se vivía una tragedia que desnuda el fracaso de la llamada “Paz Total” del Gobierno Petro. En El Carmen, Norte de Santander, la guerrilla del ELN asesinó a tres soldados del Ejército y dejó ocho más heridos tras un ataque con drones cargados de explosivos.
El atentado ocurrió mientras las tropas realizaban operaciones contra grupos armados en esa conflictiva región fronteriza con Venezuela. La Fuerza de Tarea Vulcano del Ejército confirmó que se trató de un ataque terrorista premeditado del ELN, que usó drones modificados con artefactos explosivos para lanzar la ofensiva.
Los soldados asesinados fueron identificados como Jesús Alberto Sánchez Anaya, Jader Luis Calle Núñez y Héctor Miguel Ramos Olivera. Los ocho uniformados heridos fueron estabilizados en terreno por enfermeros de combate, y posteriormente evacuados para recibir atención médica especializada.
❌ La Paz Total: promesas, discursos y más violencia
La gravedad del ataque evidencia lo que múltiples sectores políticos han denunciado: la estrategia de sometimiento voluntario a los grupos armados no solo no ha desmovilizado al ELN, sino que ha sido aprovechada por la guerrilla para fortalecerse y atacar a sangre fría a la Fuerza Pública.
“El ELN continúa utilizando prácticas terroristas indiscriminadas que violan los derechos humanos y el derecho internacional humanitario”, advirtió el Ejército en un comunicado.
Incluso el propio ministro de Defensa, Iván Velásquez, condenó el ataque y envió condolencias a las familias de los uniformados caídos. Pero mientras las instituciones lamentan, la ofensiva criminal sigue avanzando en zonas donde el Estado está ausente y la violencia impone su ley.
🧨 Catatumbo: tierra de nadie
La región del Catatumbo, donde ocurrió el atentado, es uno de los principales epicentros de violencia en Colombia. Compuesta por municipios como Tibú, Sardinata, El Tarra y El Carmen, esta zona ha sido sistemáticamente abandonada por el Estado, permitiendo que grupos como el ELN, disidencias de las FARC y bandas del narcotráfico disputen el control territorial a punta de sangre.
Conclusión: Mientras el Gobierno sigue aferrado a su narrativa de “Paz Total”, los hechos demuestran otra realidad: una Colombia que sigue siendo escenario de guerra, especialmente para los soldados y policías que mueren en silencio mientras otros negocian en salones de paz.
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