La muerte de Miguel Uribe Turbay, aspirante presidencial de 39 años, ocurrida ayer lunes 11 de agosto; tras dos meses de hospitalización por un ataque sicarial en Bogotá, generó múltiples reacciones en el país. Entre ellas destacó la del exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien sugirió en redes sociales que el crimen hacía parte de un plan de sectores políticos y narcotraficantes para desestabilizar al presidente Gustavo Petro. Sus palabras provocaron rechazo inmediato de líderes de distintos sectores, que lo acusaron de politizar una tragedia.
Figuras como el exministro Wilson Ruiz, el concejal bogotano Julián Sastoque, la activista Ani Abello y Ángela Benedetti expresaron su indignación por las declaraciones de Quintero, calificándolas de “repugnantes”, “peligrosas” y “fuera de lugar”. Los críticos sostuvieron que, en un momento de duelo nacional, lo responsable es promover respeto, unidad y empatía, en lugar de profundizar la polarización política.
Ante la controversia, Quintero defendió su postura y afirmó que solo expresó públicamente lo que, según él, “muchos dicen en privado”, acusando al propio sector político de Uribe Turbay de estar detrás del crimen. Mientras continúa el debate sobre el alcance de sus palabras, el país despide a Miguel Uribe, quien fue atacado el 7 de junio en el barrio Modelia de Bogotá, recibió tres disparos y no logró recuperarse de sus heridas.
