La velación del senador y precandidato Miguel Uribe, asesinado en un atentado el pasado 7 de junio, terminó convertida en un nuevo cruce de ataques entre dos de los líderes políticos más polarizantes del país: Álvaro Uribe y Gustavo Petro.
El expresidente, a través de un discurso leído por el congresista Gabriel Vallejo, comparó a Miguel Uribe con miembros de la Unión Patriótica, asegurando que, a diferencia de ellos, el senador nunca recurrió a la “combinación de las formas de lucha” ni estuvo involucrado en secuestros o asesinatos.
Las palabras de Uribe encendieron la reacción de Petro, que en su cuenta de X le acusó de “estar lleno de veneno” y de desconocer el genocidio de la UP y la responsabilidad del Estado. Incluso recordó el asesinato de Jaime Garzón, atribuyendo la instigación a un asesor del gobierno de Uribe.
Pero el tono del presidente también estuvo lejos de ser moderado. En otro mensaje, habló de burla a la justicia, de genocidio político y de más de 6.000 militantes asesinados, usando un lenguaje que, como el de su rival, alimenta la confrontación política.
En medio de este duelo verbal, la Unión Patriótica rechazó las declaraciones de Uribe, acusándolo de distorsionar la verdad histórica y justificar uno de los capítulos más dolorosos de la violencia política en Colombia.
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