El director de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), Juan Felipe Harman, denunció en el reciente Consejo de Ministros el grave abandono y manipulación que sufrió durante décadas la Ciénaga Grande del Bajo Sinú, ubicada en el departamento de Córdoba, señalando que su destrucción fue consecuencia de intereses políticos y económicos que desplazaron comunidades y alteraron el ecosistema.
Según Harman, el mapa oficial de la ciénaga, elaborado por el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (Incora) en 1982, fue desaparecido deliberadamente, y con él, también los derechos de uso de pescadores y campesinos que habitaban legalmente estos terrenos baldíos, entregados por medio de comodatos. “Los persiguieron, los apresaron y los señalaron como invasores. La ciénaga fue literalmente acaparada, secada y llenada de búfalos”, denunció.
Ante esta situación, la ANT reconstruyó la cartografía y los linderos originales, y con apoyo de la Policía Nacional, inició la recuperación de 1.400 hectáreas que hoy están siendo devueltas a las comunidades campesinas locales. Estas podrán volver a explotar la pesca durante el invierno y desarrollar actividades agrícolas en verano, bajo un modelo de manejo ambientalmente sostenible, recuperando así el equilibrio natural del ecosistema.
“Esta es la tierra más productiva de la cultura anfibia, sistematizada por el sociólogo Orlando Fals Borda”, subrayó Harman, al destacar el valor ancestral y social de este territorio.
Tierra entregada por paramilitares terminó en manos del Clan del Golfo
Durante su intervención, el director de la ANT también reveló que 8.300 hectáreas en el municipio de Buenavista, supuestamente entregadas por los exjefes paramilitares alias ‘Macaco’ y ‘Nico’ al Fondo para la Reparación de Víctimas, terminaron bajo control de alias ‘Chirimoya’, miembro activo del Clan del Golfo, recientemente abatido por la Fuerza Pública.
Estas tierras, afirmó Harman, eran utilizadas por estructuras ilegales en coordinación con dirigentes políticos locales, entre ellos el concejal de Buenavista Félix Gutiérrez, lo que pone en evidencia una red de poder que operaba para impedir la reparación efectiva de las víctimas.
La Agencia Nacional de Tierras informó que estas hectáreas ya fueron recuperadas y entregadas a asociaciones de víctimas, como parte de los compromisos del Gobierno nacional en el marco de la Reforma Agraria.
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