Las autoridades investigan una posible conexión entre dos homicidios ocurridos en Lorica y que tendrían como hilo conductor un conflicto interno entre miembros de una estructura criminal.
El más reciente caso fue el del contador Carlos Zapata Hurtado, asesinado el pasado 29 de julio a las afueras de Lorica, en la vía que conduce a San Antero, a la altura del sector conocido como La Represa. La víctima fue interceptada por hombres armados, quienes le quitaron la vida en circunstancias que aún son materia de investigación.
Zapata Hurtado era hermanastro de Carlos Andrés Corrales Durango, conocido con el alias de “El Pechiche”, señalado en su momento como presunto cabecilla del Clan del Golfo. “El Pechiche” fue capturado y posteriormente dejado en libertad. Sin embargo, días después de recuperar su libertad, fue asesinado.
Los investigadores no descartan que ambos homicidios estén relacionados con un ajuste de cuentas entre miembros de una organización criminal. De acuerdo con versiones preliminares, días antes del asesinato del contador, se habría perpetrado un robo millonario en la residencia de Alfredo Corrales Mangones, padrastro de Zapata y padre de “El Pechiche”, ubicada en el barrio Arenal de Lorica.
El contador Zapata Hurtado vivía en una casa de dos pisos en el barrio Villa Juana y, tras la muerte de su hermanastro, habría quedado al frente de algunos bienes de la familia junto con su padrastro. Las autoridades presumen que disputas económicas relacionadas con la administración de estos activos habrían motivado el crimen.
Hasta el momento no se tienen pistas claras sobre los autores del homicidio, pero la hipótesis principal apunta a un posible enfrentamiento interno por dinero en medio de estructuras criminales que operan en la región.
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