Este viernes 11 de abril, cuatro hombres condenados por asesinato fueron ejecutados en Afganistán en actos públicos realizados en estadios de tres provincias del país. Las ejecuciones, avaladas por el líder supremo talibán Hibatullah Akhundzada, se llevaron a cabo a tiros y ante la presencia de miles de ciudadanos, aunque se prohibió el uso de cámaras o dispositivos de grabación.
Hombres ejecutados
Dos de las ejecuciones ocurrieron en el estadio de Qala-I-Naw, donde se reunieron cerca de 20 mil personas. Según testigos, los sentenciados fueron fusilados por familiares de las víctimas, pese a que las familias de los condenados ofrecieron perdón y compensaciones económicas que fueron rechazadas. La tercera ejecución tuvo lugar en Zaranj, provincia de Nimruz.
Desde el regreso al poder de los talibanes en 2021, este es el décimo caso de ejecuciones públicas registradas, según información de la agencia AFP. Las autoridades locales extendieron invitaciones formales a funcionarios y ciudadanos para asistir a los actos, lo que evidencia la intención del régimen de restablecer este tipo de castigos como medida ejemplar.
Organizaciones internacionales como Naciones Unidas y Amnistía Internacional condenaron enérgicamente lo ocurrido. El Alto Comisionado de la ONU expresó su consternación, mientras que Amnistía calificó los hechos como una “flagrante violación de la dignidad humana y del derecho internacional”.
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