Indignación, impotencia y desesperanza es lo que sienten cientos de usuarios del sistema de salud en Montería, especialmente afiliados a la EPS Mutual Ser, al enfrentarse diariamente a las condiciones inhumanas impuestas por la farmacia Logifarma, ubicada en la calle 27 con carrera 11 de esta ciudad.
Desde las 2:00 de la madrugada, decenas de personas, muchos de ellos adultos mayores, mujeres embarazadas y trabajadores informales, hacen fila durante horas con la esperanza de recibir sus medicamentos. Sin embargo, al final de la espera, la respuesta de siempre: “no hay medicamentos, regrese otro día”.
Uno de los casos más indignantes fue el de un usuario de Mutual Ser, quien trabaja como mototaxista y llegó a las 3:00 AM. Luego de cinco horas de pie, sin acceso a servicios sanitarios ni garantías mínimas, le informaron que no había disponibilidad de su tratamiento. Un drama que se repite día tras día y que para muchos pone en riesgo su salud e incluso su vida.
La comunidad hace un enérgico llamado a la Superintendencia Nacional de Salud y a la Secretaría de Salud Departamental, liderada por Javier Olea, para que actúen con celeridad ante este abuso sistemático. Hasta ahora, ni la farmacia ni las entidades responsables han ofrecido soluciones concretas.
Las denuncias contra Logifarma no son nuevas. Los reclamos por desabastecimiento, maltrato y negligencia administrativa se han acumulado sin que se tomen correctivos. Usuarios exigen respuestas y acciones contundentes, pues sienten que están siendo abandonados por un sistema que debería protegerlos, no maltratarlos.
La salud es un derecho, no una fila interminable sin soluciones.
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