La versión oficial que señalaba que la patrullera María Alejandra Guerrero Montiel, de 22 años, se quitó la vida el pasado 28 de abril, ha comenzado a cambiar. Un reciente informe técnico forense plantea un giro contundente en la investigación, la joven no se lanzó al vacío, fue empujada.
Según se descarta que la caída desde el quinto piso de un edificio en el norte de Barranquilla haya sido producto de un acto voluntario. En cambio, los peritos concluyen que hubo un “impulso externo”, lo que sugiere fuertemente la intervención de un tercero en la muerte de la patrullera.
Los resultados del informe parcial de necropsia refuerzan esta nueva hipótesis. María Alejandra presentaba una herida con arma cortopunzante en la espalda y varias lesiones defensivas en brazos y manos, señales típicas de un intento por protegerse durante un ataque físico.
“La evidencia descarta una caída libre. No fue un salto, fue una acción violenta”, aseguró el abogado de la familia Guerrero, quien también advirtió sobre posibles alteraciones en la escena del crimen, ya que días después del hecho el apartamento fue pintado y las puertas, reemplazadas.
El único testigo y una versión en duda
El subintendente Andrés Alfonso Castro, única persona que se encontraba con la patrullera la noche del suceso, declaró que ella se había lanzado de espaldas por la ventana mientras él dormía. Sin embargo, esa afirmación se ve debilitada por el peritaje: de haber sido una caída voluntaria, el cuerpo de la joven habría quedado suspendido en un balcón inferior, lo que no ocurrió.
Castro ha dicho que mantenía una relación sentimental con Guerrero desde 2023, pero la familia de la joven niega rotundamente esta versión y sostiene que no existía tal vínculo.
A la espera de respuestas
Hasta el momento, Castro no ha sido formalmente vinculado a un proceso penal, pero sigue siendo objeto de indagación por parte de las autoridades judiciales y disciplinarias.
La familia de la patrullera ha manifestado su profunda preocupación por las demoras en la entrega del informe completo de Medicina Legal, así como por la posible manipulación de la escena del crimen, hechos que afirman podrían comprometer gravemente la transparencia del proceso investigativo.
María Alejandra Guerrero Montiel ingresó a la Policía Nacional a los 18 años, y quienes la conocieron la recuerdan como una joven entregada a su vocación y con sueños de crecer dentro de la institución. Hoy, sus seres queridos claman justicia y verdad.
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