En medio de un clima político cada vez más tenso, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, denunció públicamente la existencia de una supuesta operación internacional en su contra, presuntamente articulada por sectores de extrema derecha tanto en Colombia como en Guatemala.
A través de sus redes sociales, el mandatario anticipó que presentará pruebas de lo que califica como un intento de desestabilización política. “Esta noche mostraré la operación que se está fraguando contra mí a nivel internacional”, escribió en su cuenta de X (antes Twitter), generando una ola de reacciones en el ámbito nacional.
Petro hizo estas declaraciones luego de que la Fiscalía de Guatemala emitiera órdenes de captura contra la fiscal general colombiana, Luz Adriana Camargo, y el embajador ante el Vaticano, Iván Velásquez, excomisionado de la CICIG, reconocido por su lucha contra la corrupción en ese país centroamericano.
“La extrema derecha guatemalteca: nazi y genocida, profundamente narco, se ha aliado con apátridas colombianos igualmente nazis”, afirmó Petro, en un mensaje que elevó aún más la tensión política.
El presidente asegura que detrás de estas acciones hay una estrategia coordinada para afectar su gobierno y atacar a figuras clave de su administración, especialmente aquellas comprometidas con la justicia y la lucha anticorrupción. Petro también se refirió a la violencia política y a recientes amenazas en su contra, asegurando que su vida corre peligro, y pidió respaldo a la ciudadanía.
La denuncia se produce en un momento complejo, marcado por el inicio anticipado de las campañas para las elecciones presidenciales de 2026, investigaciones judiciales a figuras del gobierno y disputas institucionales. A esto se suma una creciente polarización política y una serie de hechos que han puesto a prueba la estabilidad del Ejecutivo.
El pronunciamiento de Petro ha desatado debate en el Congreso y en sectores de la opinión pública. Mientras aliados del gobierno respaldan la denuncia y exigen mayor atención a la injerencia extranjera, sectores de oposición califican las acusaciones como una estrategia de distracción frente a las investigaciones que involucran al entorno presidencial.
¿Le resultó útil este artículo?
[sibwp_form id=1]
