Tragedia en Texas: 68 muertos por las inundaciones y continúa la búsqueda de desaparecidos
El dolor se apodera del centro-sur de Texas, donde las inundaciones han cobrado la vida de al menos 68 personas y todavía continúa la búsqueda de desaparecidos entre el lodo y los escombros. Lo que debían ser días de celebración por el 4 de julio, se convirtieron en una pesadilla para cientos de familias.
Uno de los escenarios más devastadores es el condado de Kerr, donde se han hallado 59 cuerpos sin vida, entre ellos 21 menores de edad. “Vamos a continuar con las labores de búsqueda hasta encontrar a todo el mundo”, aseguró esta mañana Larry Leitha Jr., el alguacil del condado, quien no ocultó su preocupación: “La cifra va a aumentar”.
En Kerr, más de 400 rescatistas, entre agentes federales y estatales, trabajan contrarreloj junto a voluntarios para localizar a los desaparecidos. Entre ellos hay 11 niños y jóvenes que disfrutaban del verano en el Campamento Cristiano Camp Mystic, cerca de la localidad de Hunt, y de quienes no se sabe nada desde el viernes.
Las autoridades aún no han podido determinar cuántas personas están desaparecidas. Muchos de los acampantes eran visitantes foráneos que llegaron por las festividades, lo que complica el conteo de afectados.
Además de Kerr, se han reportado víctimas en otros condados: 3 en Burnet, 1 en Kendall, 1 en Tom Green y 4 en Travis, sumando al drama regional.
A pesar del desastre, más de 850 personas han sido evacuadas con vida, muchas de ellas por vía aérea, en más de 160 operaciones de rescate, algunas realizadas en condiciones extremas.
Dalton Rice, gestor de la ciudad de Kerrville, recordó que estas son las peores inundaciones que se viven en la zona desde 1987, cuando murieron 10 adolescentes. Esta vez, la lluvia no dio tregua: en solo 12 horas, el viernes cayeron más de 30 centímetros de agua, haciendo que el río Guadalupe alcanzara su segundo nivel más alto en la historia: 9,9 metros.
Ante la magnitud de la tragedia, el gobernador de Texas, Greg Abbott, solicitó al gobierno federal la declaración de desastre y proclamó un día nacional de oración para este domingo.
El luto, la incertidumbre y la esperanza se mezclan entre quienes aún buscan a sus seres queridos. La tragedia ha marcado a Texas, pero también ha desatado una ola de solidaridad, con cientos de manos unidas en medio del dolor.
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