¿Influencer Epa Colombia? ¡Influencer mi mamá, mi abuela, mi tía, mi maestra! Y si lo sabremos quienes nacimos, crecimos y permanecemos rodeados de ellas.
Las verdaderas influencers de nuestra época no tenían redes sociales, pero se imponían como nadie. Reinaban con sabiduría en tiempos en los que no existía Google y, pese a las limitaciones culturales, sabían brillar en el amor y el respeto.
Influencers son esas mujeres que sacaron adelante un hogar sin padres, las que criaron hijos con mano firme y corazón de terciopelo, las que mágicamente salvaron a los suyos de los peligros de la vida y los forjaron como buenos seres humanos.
¿Y qué me dicen de las profesoras? Esas que transformaron vidas con una tiza y un poquito de carácter. O las religiosas que, sin campañas en línea, lideraban la verdadera labor social con un don de servicio inquebrantable.
Influencers fueron también esas matronas que, sin reflectores ni discursos rimbombantes, supieron liderar movimientos, se enfrentaron al machismo reinante y se hicieron elegir en cargos de poder. Mujeres que abrieron camino en la política cuando eso parecía imposible, aunque todavía falte que una de ellas llegue a liderar el país.
Influencers son esas mujeres que criaron más hijos que sus propias mamás: las nanas. Las que no solo cargaron, alimentaron y arrullaron, sino que también formaron, corrigieron y guiaron. Hay infancias que se salvaron gracias a esas mujeres de corazones enormes.
Y, si de influencers hablamos, no podemos olvidar a quienes, con su sazón, han unido familias, curado tristezas y celebrado alegrías. Esas que, con un sancocho o un arroz con coco, han alimentado generaciones. Porque no es solo comida, es amor servido en un plato.
También están esas influencers que son madres sin parir, las que ayudan a formar seres humanos de manera loable y desinteresada. Tías, madrinas, amigas, maestras y vecinas que han sido guía, refugio y fortaleza, incluso sin llevar su sangre.
Hoy, el término “influencer” se asocia con cifras. Millones de seguidores en redes, contratos con marcas, contenido viral. Pero, ¿cuántos seguidores tenía la maestra que nos enseñó a leer y nos cambió el destino? ¿Cuántos likes recibió la vecina que siempre tuvo una taza de café y un consejo a tiempo? ¿Cuántos views alcanzó la madre que, con solo un suspiro, nos recordaba que tocaba portarnos bien?
Influencers son también las compañeras de vida, esas que caminan a tu lado, sostienen tu mundo sin hacer bulla y te demuestran que el amor no se mide en palabras, sino en acciones. Las que resuelven lo imposible, equilibran el caos y te hacen sentir afortunado.
También las pequeñitas de mirada tierna y sonrisa desarmante, que con un “te amo” te ponen a tambalear y te hacen ceder, aunque intentes sostener con dignidad tu fina autoridad de papá.
¡Un aplauso para las verdaderas influencers! En esta fecha, el Día de la Mujer, que seguro es tendencia, celebremos su valor. Porque brillar no es cuestión de exposición, sino de esencia.
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