Lluvias en junio: ¿Por qué no se ha sentido la tradicional temporada seca en Colombia?

Aunque junio es históricamente un mes seco en gran parte del territorio colombiano, este año las lluvias no han dado tregua. Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), este comportamiento obedece a una combinación de factores climáticos que siguen alterando el patrón tradicional del clima.

Entre las principales causas está la persistencia de los efectos del fenómeno de La Niña, que, aunque en retirada, todavía influye en el régimen de lluvias del país. La Niña enfría las aguas del océano Pacífico, modificando la circulación atmosférica y generando precipitaciones más frecuentes e intensas en regiones como la Andina, la Pacífica y la Amazonía.

Otro factor determinante es la Zona de Confluencia Intertropical (ZCIT), una franja de nubosidad y tormentas que rodea el ecuador y cuya posición durante junio suele coincidir con Colombia, especialmente sobre la región Andina y parte de la Orinoquía y la Amazonía, favoreciendo condiciones lluviosas.

A estos fenómenos naturales se suman los efectos del cambio climático, que ha intensificado la variabilidad climática en el país. Esto significa que ya no se puede hablar de temporadas secas o lluviosas con tanta certeza, pues las lluvias pueden extenderse o intensificarse en momentos inusuales.

El Ideam prevé que entre junio y agosto las precipitaciones estarán dentro de los promedios históricos en la mayoría del país. Sin embargo, hay zonas que podrían experimentar comportamientos atípicos: reducción de lluvias de entre 10% y 40% en regiones como La Guajira, Amazonas, Huila, Tolima y Vaupés, mientras que en San Andrés y Providencia se anticipa un aumento de entre 10% y 20%.

El llamado de las autoridades es a mantenerse informados a través de los canales oficiales y adoptar medidas preventivas frente a posibles emergencias por lluvias, especialmente en áreas propensas a deslizamientos o inundaciones.

En conclusión, lo que antes era una temporada seca hoy es una muestra de cómo el clima se transforma y obliga a repensar nuestras dinámicas frente a fenómenos meteorológicos que ya no obedecen a ciclos predecibles.

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