La tercera fue la vencida para el barranquillero Andrés Altafulla, quien después de haber participado en Protagonistas de Novela (2017) y Acapulco Shore, logró coronarse como ganador de la segunda temporada de La casa de los famosos Colombia. Con un 51.84% de los votos del público, Altafulla se impuso sobre sus compañeros finalistas y se llevó el codiciado premio, luego de más de 130 días de competencia.
En una entrevista posterior al reality, el actor y creador de contenido habló con sinceridad sobre su experiencia dentro de la casa, las polémicas que protagonizó y las lecciones que se lleva tras esta vivencia.
Altafulla aseguró que su paso por el programa le dejó valiosas enseñanzas. Aunque al principio sintió que seguía siendo el mismo que entró, reconoció que con el tiempo comprenderá los cambios que esta experiencia le generó. “En mayor o menor medida, todos aprendimos algo. Cada quien escoge qué le aporta y qué no”, dijo.
Consciente de su carácter extrovertido y espontáneo, afirmó que jamás dejará de ser “el pelao barranquillero alegre y mamador de gallo”, pero hoy más que nunca tiene claro cuándo debe “sacar los payasos”.
Acerca de los retos de la convivencia, Altafulla mencionó que con el paso de los años ha aprendido a identificar qué tipo de personas quiere en su vida. Contó que, en medio de la tensión del encierro, desarrolló estrategias para mantener la calma, como contar hasta diez —e incluso hasta mil— antes de responder en momentos difíciles.
“Muchas veces es mejor dejar pasar las cosas, reconocer que todos somos seres humanos y que todos podemos cometer errores”, expresó.
Lo mejor, según Altafulla, fue haber logrado entrar al programa después de una frustración inicial al no quedar seleccionado en las primeras votaciones. “Me estaba volviendo loco porque mis planes eran entrar a la casa sí o sí, hasta que dos meses después me llamaron. Para mí, eso fue lo mejor”, confesó.
Por otro lado, lo peor fue descubrir hasta qué punto algunos participantes estaban dispuestos a dañar a otros. “Era increíble ver cómo podían pasar de víctima a victimario con el mismo discurso, sin verdad alguna. Eso no deja de sorprenderme”, relató.
Cuando se le preguntó cuál fue su as bajo la manga para alcanzar la victoria, respondió sin titubeos: “Ser siempre yo. No caer en el juego que algunos compañeros intentaron imponer”.
Aunque reconoció que no se identifica plenamente con ninguno de los otros concursantes, aseguró que todos eran muy distintos y eso enriquecía la experiencia.
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