El menor de 14 años que disparó contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay aseguró que el ataque fue ordenado por un sujeto conocido como “el man de la olla”, presunto cabecilla de un punto de expendio de drogas en Bogotá.
“Fue el man de la olla, yo digo quién fue, déjenme darle los números”, dijo el menor mientras era custodiado por decenas de policías en un centro de salud, tras ser herido en la pierna por un escolta del político cuando intentaba huir.
El atentado, ocurrido en la localidad de Modelia, dejó a Miguel Uribe gravemente herido, tras recibir impactos de bala en la cabeza y una pierna. El senador permanece en estado crítico, mientras las autoridades intensifican las investigaciones para dar con los responsables intelectuales del ataque.
Bandas bajo investigación en Modelia
Aunque no hay pronunciamiento oficial de la Fiscalía General de la Nación, fuentes del CTI y la Policía Nacional han concentrado sus pesquisas en el barrio Villas de Alcalá, donde vivía el menor junto a una tía. Allí, se han desplegado operativos para identificar al supuesto “man de la olla”, señalado por el menor como quien lo contrató para ejecutar el atentado.
En esta zona operan varias estructuras criminales dedicadas al microtráfico, entre ellas:
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Los Rule
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Los Destornilladores
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Los Ganzúa
Estos grupos se disputan el control de parques y esquinas clave para el tráfico de estupefacientes. Según información revelada por El Tiempo, la Policía ha realizado diligencias puerta a puerta para recabar información sobre quién domina el expendio de drogas en la zona donde se gestó el ataque.
Un menor en riesgo, ignorado por el sistema
El Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idipron) confirmó que funcionarios de la entidad habían tenido contacto con el menor durante la última semana de mayo, en el centro de Bogotá. A pesar de ofrecerle programas de protección y reintegración, el joven rechazó la ayuda, aun cuando se encontraba en alto riesgo de caer en condición de habitabilidad de calle.
El caso ha generado un fuerte debate sobre el reclutamiento de menores por parte de estructuras criminales urbanas y la efectividad de las políticas públicas de prevención.
Las autoridades trabajan ahora para identificar a los autores intelectuales del atentado y desmantelar las redes delictivas que estarían usando a menores como sicarios.
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