“No lo perdono”: la dueña de Alana clama justicia por su gata brutalmente asesinada

Génesis Angulo García, la joven que perdió a su gata Alana en un acto de crueldad animal que ha conmocionado a Montería, rompió el silencio y exigió justicia. Dejó claro que no acepta las excusas del agresor y pidió celeridad a la Fiscalía para evitar que el caso quede impune.

Angulo menciono que no lo perdona y que si yo no se hubiera dado cuenta, él la habría matado y escondido como si nada. Ahora que se arrepiente es porque sabe que lo descubrieron, expresó con firmeza, al referirse al hombre señalado de asesinar a Alana con varillazos, hasta sacarle un ojo.

El agresor, cuya identidad se ha viralizado en redes sociales, apareció recientemente en un video alegando problemas psicológicos y de salud. Pero para Génesis, esas justificaciones no tienen validez:
“¿Problemas de salud? Yo también estoy enferma, tengo arritmia cardíaca y aún así resistí ese día por salvar a mi gata. Eso no le da derecho a matar ni a nadie ni a ningún ser vivo”, afirmó visiblemente afectada.

Alana, más que una mascota: su compañía en la soledad

Génesis relató que Alana llegó a su vida tras la muerte de su abuela, como un apoyo emocional en medio de la soledad. “Vivimos solas. Ella era mi compañera incondicional. Llueva, truene o se vaya la luz, Alana siempre estaba conmigo. No era solo una mascota, era parte de mi vida”.

En medio del proceso de duelo, la joven también ha sido blanco de burlas en redes sociales, donde algunos usuarios han calificado el caso como “un show”. A ellos respondió con dureza, mencionando que decir que si eso es un show es no tener corazón y es porque nunca han amado a un animal como ella amaba a Alana.

Un clamor por justicia

Con el respaldo psicológico de la Alcaldía de Montería y la Universidad del Sinú, Génesis intenta sobrellevar la pérdida. Sin embargo, insiste en que no descansará hasta ver al responsable responder ante la ley.

“Que me ayuden, que el caso de Alana no quede impune, que me ayuden a hacer justicia”,, concluyó. El caso ha desatado indignación ciudadana y reavivado el debate sobre la necesidad de endurecer las penas por maltrato animal en Colombia.

Descargar en PDF