La confrontación política entre el presidente Gustavo Petro y el alcalde de Medellín, Federico “Fico” Gutiérrez, se intensificó tras el evento realizado en La Alpujarra, donde, según denuncias del mandatario local, participaron presuntos cabecillas de estructuras criminales del Valle de Aburrá. Gutiérrez expresó su rechazo en redes sociales, señalando que la aparición pública de estos actores junto al jefe de Estado representaba una amenaza directa contra las instituciones y un mensaje equivocado para el país.
Durante el evento, que tuvo como contexto los acercamientos del Gobierno nacional con grupos en procesos de sometimiento a la justicia, se evidenció la presencia de personas señaladas por su presunta vinculación con redes criminales. Esto fue calificado por el alcalde como una “premiación a la barbarie”, al recordar que muchos de los asistentes habían sido capturados durante su primera administración. “Mientras yo los combato, él los premia”, afirmó Gutiérrez, cuestionando duramente la política de paz del Gobierno.
Una de las frases más fuertes del alcalde fue su referencia a la bandera de ‘guerra a muerte’ utilizada por Simón Bolívar, la cual fue exhibida en el despacho presidencial. Gutiérrez insinuó que este símbolo antecedió al atentado sufrido por el senador Miguel Uribe Turbay el 7 de junio, insinuando una relación simbólica entre la narrativa del Gobierno y los hechos violentos recientes. Además, denunció sentirse amenazado por la presencia de esos actores durante el acto presidencial.
El presidente Petro respondió a través de su cuenta oficial en X, sin aludir directamente al alcalde, pero defendiendo su postura frente a las críticas. “Me pongo del lado del pueblo y sus necesidades, no del lado de quienes quieren seguir masacrando a la población”, escribió. En su mensaje, el mandatario reiteró que su estrategia es el diálogo con sectores marginados y actores armados en proceso de desmovilización, rechazando las acusaciones de premiar la criminalidad.
La controversia generó una fuerte reacción en redes sociales y medios locales, donde se dividieron las opiniones entre quienes respaldan al presidente y quienes apoyan al alcalde de Medellín. Mientras tanto, persiste el debate sobre los límites y alcances del enfoque de paz total del Gobierno Petro, especialmente frente a la opinión pública y a los representantes de las instituciones locales.
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