Desde el pasado domingo 1 de Junio, el Reino Unido implementó la prohibición de la venta de vapeadores desechables, como parte de una estrategia integral para reducir su uso entre menores de edad y mitigar su impacto ambiental. La nueva medida contempla sanciones económicas y la incautación de productos que no cumplan con la normativa.
De acuerdo con el gobierno británico, únicamente se permitirá la venta de dispositivos con batería recargable. Se estima que semanalmente se desechaban cerca de cinco millones de vapeadores de un solo uso, generando una grave acumulación de residuos y afectando al medio ambiente.
El uso de estos dispositivos entre menores también ha sido motivo de alarma. Un estudio reciente reveló que casi un millón de niños entre los 11 y 17 años han probado estos productos, y alrededor de 390 mil vapean regularmente, atraídos principalmente por los sabores llamativos y el diseño colorido de los dispositivos desechables.
Tanto asociaciones de salud como comerciantes ya venían promoviendo la transición hacia opciones recargables, consideradas menos nocivas y más sostenibles, aunque su uso sigue siendo objeto de debate. Las autoridades advirtieron que quienes infrinjan la ley se enfrentarán a multas superiores a las 200 libras esterlinas.
La normativa fue originalmente propuesta por el anterior gobierno conservador, pero fue adoptada y ejecutada por el actual primer ministro laborista, Keir Starmer. Además, a partir de octubre de 2026 entrará en vigor un nuevo impuesto de 2,20 libras por cada 10 ml de líquido para vapeo, como parte del esfuerzo por regular aún más el consumo de estos productos.
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