La creciente ola de inseguridad que azota al municipio de San Antero tiene en alerta a la ciudadanía, que denuncia sentirse abandonada por una administración local desconectada de las necesidades urgentes de la comunidad. En medio del temor, la impotencia y la indignación, los habitantes señalan al alcalde Denis Chica como un líder ausente, más enfocado en responder señalamientos por presunta corrupción que en garantizar el orden público y el bienestar de su pueblo.
El más reciente episodio de violencia se registró la noche del jueves 5 de junio, cuando un joven identificado como Jhon Héctor Barrios Martínez fue asesinado en el sector conocido como La Subestación. La víctima, residente del barrio Ancianato, fue atacada por sujetos aún no identificados. Aunque las autoridades aseguran que se encuentran investigando para esclarecer los hechos, la comunidad se muestra escéptica ante la recurrente impunidad que acompaña este tipo de crímenes.
Este trágico hecho ha encendido nuevamente las alarmas sobre la profunda crisis social que enfrenta San Antero, uno de los municipios con mayor potencial turístico de la costa Caribe, pero que hoy ve amenazada su estabilidad por el auge de la criminalidad, el desempleo, y la falta de autoridad. Comerciantes, líderes sociales y residentes coinciden en que la ausencia de una política clara de seguridad y desarrollo está asfixiando las posibilidades de crecimiento económico y social del territorio.
“El turismo ya no es lo que era. La gente tiene miedo de venir. ¿Quién va a visitar nuestras playas si lo primero que se escucha en las noticias es que están matando a los jóvenes?”, expresó un empresario del sector hotelero que pidió mantener su nombre en el anonimato por temor a represalias.
Las críticas apuntan directamente al alcalde Denis Chica, a quien se le reprocha un desinterés generalizado por las problemáticas del municipio. Mientras los casos de violencia y delincuencia se incrementan, las denuncias por presuntos actos de corrupción en su administración no cesan. La ciudadanía exige transparencia, presencia institucional y decisiones firmes que prioricen la vida, la seguridad y el desarrollo de San Antero.
Organizaciones comunitarias y defensores de derechos humanos han solicitado de manera urgente la intervención del Gobierno Departamental y Nacional para frenar el deterioro del orden público en la zona. La situación, aseguran, no solo representa una amenaza para la población local, sino también para el tejido turístico y económico de toda la región.
San Antero clama por liderazgo, justicia y seguridad. Mientras tanto, sus playas, otrora símbolo de descanso y belleza natural, se ven cada vez más vacías, como reflejo de un municipio que pide a gritos ser escuchado.
¿Le resultó útil este artículo?
[sibwp_form id=1]
