Iván Zuleta, reconocido por su trayectoria junto al legendario Diomedes Díaz, fue coronado en la edición 58 del festival y, al recibir el título, dejó claro que su triunfo va más allá de la música. “Si me muero hoy, me muero feliz, ya cumplí el objetivo”, expresó conmovido durante la ceremonia de premiación.
Pero su alegría no solo se tradujo en palabras. Zuleta anunció que donará el premio económico que recibió a una fundación dedicada a la rehabilitación de habitantes de calle. “Después de pagarle al cajero y al guacharaquero, todo lo demás lo donaré. No voy a recibir un peso”, afirmó, generando aplausos entre los asistentes.
Además, reveló que tiene en marcha una iniciativa para conseguir 50 acordeones y entregarlos personalmente a niños de zonas rurales que sueñan con hacer música. “Voy a ir en chalupa, en burro o en mula si es necesario, pero quiero que esos niños tengan la oportunidad de aprender y expresarse a través del vallenato”, aseguró.
Zuleta también dedicó su título a Diomedes Díaz, con quien compartió tarima durante varios años. “Se la dedico de manera especial a Diomedes, allá en el cielo”, dijo, recordando el vínculo que los unió y el legado que aún perdura.
Con gestos como estos, Iván Zuleta demuestra que ser Rey Vallenato no solo es cuestión de talento, sino también de generosidad y compromiso con las nuevas generaciones.
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