Por : Carlos Ordosgoitia
Hoy quiero dedicarle esta columna con profundo afecto y desbordada alegría a mi ciudad insigne: Montería, próxima a celebrar, el 1° de mayo de este presuroso 2025, sus 248 años de vida municipal plagada de un histórico recorrido de lucha y de transformaciones socioculturales, convirtiéndose desde los albores de su fundación en una ciudad en donde lo más sobresaliente ha sido la construcción de un tejido social humano solidario y altruista, cuya consigna ha sido siempre la de trabajar con denodado esfuerzo por el progreso y bienestar de toda la comunidad.
Hablar de Montería, es referirnos a una ciudad emblemática que se destaca por su importancia cultural y económica, por su capacidad para ofrecer y mejorar la calidad de vida de sus habitantes, por ser equitativa y brindar oportunidades para el desarrollo humano, y por aprovechar sus ventajas geográficas y competitivas.
Cada calle, cada parque, cada sonrisa de nuestros niños, cada esfuerzo de nuestros emprendedores y cada saludo amable de nuestra gente, son razones suficientes para creer que Montería tiene un futuro inmenso por delante. Aquí, en esta tierra fértil de talento y de valores, nacen los mejores proyectos, las ideas que transforman, los sueños que se hacen realidad.
Hoy, a 248 años de su fundación, Montería sigue mostrándole al país que su mejor riqueza es su gente. Gente que no se cansa de luchar, que se levanta temprano, que sonríe a pesar de las dificultades, que cree, que trabaja, que avanza. Esa calidad humana es el verdadero motor de nuestro progreso, lo que hace que esta ciudad nunca pierda su brillo, y su alegría.
Montería es esperanza. Es la certeza de que cada nuevo día trae consigo oportunidades para construir una ciudad más equitativa, sostenible y próspera, porque aquí, las semillas de fe, de trabajo y de amor por lo nuestro, siempre dan fruto.
Hoy celebro a Montería, y celebro a cada uno de los monterianos que, día tras día, aportan su granito de arena para que nuestra ciudad siga creciendo, avanzando, iluminando caminos.
Feliz cumpleaños, Montería querida. Sigamos soñando, sigamos creyendo, sigamos trabajando. Porque lo mejor de nuestra historia apenas está comenzando. Desde dónde esté y durante toda mi vida siempre seguiré aportando mi grano de arena para hacer de nuestra ciudad una Montería Grande.
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