Un circo sin audiencia: la marcha que confirmó el fracaso del gobierno de Petro

Por : Javier Araújo Morelos La marcha del 18 de marzo convocada por el gobierno del presidente Petro fue un estrepitoso fracaso. No logró la multitudinaria asistencia que vendieron como un “hecho seguro”, y en lugar de demostrar fuerza, exhibió el evidente ante la opinión pública el desgaste del petrismo. Más allá de querer una …
El cargo Un circo sin audiencia: la marcha que confirmó el fracaso del gobierno de Petro apareció primero en Chicanoticias Noticias Líder en Montería, Córdoba y Colombia.

Por : Javier Araújo Morelos

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La marcha del 18 de marzo convocada por el gobierno del presidente Petro fue un estrepitoso fracaso. No logró la multitudinaria asistencia que vendieron como un “hecho seguro”, y en lugar de demostrar fuerza, exhibió el evidente ante la opinión pública el desgaste del petrismo. Más allá de querer una consulta popular para sus reformas, Petro utilizó esta movilización como un termómetro político, consciente de que su partido y su gobierno han venido perdiendo terreno en cada batalla electoral, en cada medición de favorabilidad y con cada escándalo de corrupción que a diario son protagonistas.

Esta es la realidad, dura, vergonzosa pero innegable: la convocatoria no solo estuvo lejos de ser masiva, sino que dejó al descubierto que el apoyo al oficialismo petrista es cada vez más reducido e irrisorio. Lo más revelador de todo, es que ningún alcalde de una ciudad capital importante y con peso electoral respaldó la marcha. Ninguno se acogió al día cívico que el gobierno intentó utilizar como herramienta de presión, dejando claro que esta no era una jornada de reivindicación democrática, sino un intento descarado del presidente Petro por hacer campaña política disfrazada de consulta popular.

Los caciques petristas creyeron que podría llenar las calles con una falsa mística revolucionaria, pero la movilización fue una utopía. Ni siquiera la maquinaria estatal, con su descarada propaganda, pudo ocultar la falta de respaldo ciudadano. En redes sociales, las imágenes editadas y los ángulos estratégicos intentaron vender un éxito inexistente, mientras que las tomas reales mostraban plazas a medio llenar y contingentes obligados a asistir para no perder sus contratos o sus empleos. Como ha sido costumbre en este gobierno, la mentira es su principal estrategia.

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Querido lector, que le quede claro, que el trasfondo de esta marcha es aún más preocupante: el presidente sabe que no conseguirá los votos en el Congreso para aprobar sus reformas, por lo que recurre a la presión popular como herramienta de chantaje político. Pero lo que Petro no calculó fue que la mayoría de los colombianos ya no caen en su teatro. La gente no salió en masa porque la gente no le cree. No cree en sus promesas, no cree en su discurso incendiario, y sobre todo, no cree en su gobierno. Gustavo Petro sabe ni siquiera en una eventual consulta tendría los millones de votos que necesita, que es superior a los 11 millones que le dieron la presidencia.

El fracaso de esta marcha es un síntoma de la caída libre del petrismo. Su gobierno está cada vez más aislado, más desesperado y más evidente en su incompetencia. Quiso demostrar poder y solo demostró debilidad. Quiso movilizar un pueblo y solo encontró indiferencia. Lo que queda claro es que la mayoría del país no está con él, y cada intento de manipulación solo acelera su hundimiento político. UN CIRCO SIN AUDIENCIA.

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