Unas 20 personas perdieron la vida este miércoles frente a las costas de la isla de Lampedusa, en Sicilia, cuando una embarcación precaria cargada de migrantes se volcó en el mar Mediterráneo, sumándose a las cifras trágicas de los llamados “viajes de la muerte”.
Los informes iniciales indican que entre 70 y 80 personas lograron sobrevivir al naufragio, mientras las operaciones de búsqueda y rescate continúan en la zona.
Lampedusa representa uno de los principales puntos de entrada a Europa para los migrantes, debido a su ubicación estratégica más cercana a África que a la península italiana. Cada año, decenas de miles de personas desesperadas arriesgan sus vidas en travesías clandestinas por el Mediterráneo desde Libia y Túnez.
Según datos del Ministerio del Interior italiano, 38.263 migrantes forzados llegaron al país por mar durante 2025, cifra ligeramente superior a los 37.644 registrados en el mismo período del año anterior. Esta estadística refleja el aumento constante en los flujos migratorios hacia Europa.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU en Libia informó que al menos 370 personas han muerto y 300 permanecen desaparecidas a lo largo de la ruta migratoria en el Mediterráneo central desde principios de año hasta el 9 de agosto, según su última actualización.
Durante el mismo período, la agencia especifica que 14.063 migrantes fueron interceptados en el mar y devueltos a Libia, incluidos 12.170 hombres, 1.295 mujeres, 453 menores y 145 personas cuyo sexo se desconoce.
