Devin Williams sigue con graves problemas y los Yankees ya no quieren pretextos: «Es una bola de nieve»

Todo indica que los problemas con Devin Williams lejos de resolverse se han venido incrementando, y que de nada valió la advertencia que hace unas semanas le hiciera Aaron Boone, de retirarlo del puesto de cerrador estelar de los New York Yankees, a donde llegó Luke Weaver.

Sin embargo, Aaron Boone fue benévolo con su lectura sobre el momento desafortunado que vive Williams, por lo que se entendía que a pesar de todo Williams seguiría recibiendo oportunidades: «Todavía tiene todo para ser grande. Es un chico que está en la flor de su carrera y apenas está pasando por un momento difícil (…) la buena noticia para Devin es que tiene todo para superar esto y salir adelante, y esa es mi expectativa«, dijo en su momento.

Después de eso Williams volvió a recibir un chance, ahora contra los San Diego Padres el 5 de mayo, y nuevamente se sobrevino el desastre: entró en la octava entrada con una ventaja de 3-0, otorgó dos pasaportes, permitió un hit y abandonó el montículo con las bases llenas, un problema que Luke Weaver ya no pudo limpiar pues los Mulos cayeron 4-3.

Williams firmó su tercera derrota consecutiva y la quinta ventaja desperdiciada, y aunque al día siguiente los de El Bronx se recuperaron y apalearon 12 a 3 a los Padres, el daño ya estaba hecho. Devin Williams no tuvo autocrítica y culpó al montículo y al clima de su desastrosa salida: «Estaba luchando conmigo mismo con el punto de aterrizaje. Fue difícil controlar la recta hoy. No pude encontrar el punto de liberación de mi recta«, dijo.

Comentarios que encendieron la reacción de algunos, como la del pitcher Adam Ottavino, quien pasó por la novena de El Bronx y que ya no se quiso callar nada, soltando todo su análisis en el programa ‘Baseball Night in New York’ de SNY: «Primero, está teniendo mala suerte. Su promedio de bateo en bolas en juego es demasiado alto. Es insostenible. Y segundo, es el peor que ha lanzado en su carrera. Claramente, el ambiente en el estadio no es el adecuado cuando entra al juego. La bola de nieve está rodando en la dirección equivocada«, sentenció.

Y es que en medio de la situación sale a flote la obviedad de que Williams no llegó a los Mulos como un proyecto, sino como toda una realidad, y que en la novena hay una alta exigencia que no admite pretextos, a menos que el origen de todo esto sea que el cerrador no haya superado satisfactoriamente su lesión de espalda.