El entrenador de los Dodgers rompe el silencio tras el difícil momento de Dustin May, quien admite su bajo rendimiento.

Aunque los Dodgers lograron una ajustada victoria 5-4 sobre los Kansas City Royals en el Kauffman Stadium, el resultado dejó sensaciones encontradas. El foco de atención no estuvo en la ofensiva que rescató el juego, sino en la actuación del abridor Dustin May, quien volvió a mostrar señales preocupantes desde el montículo.

May, de 27 años, llegó al encuentro con la intención de reivindicarse tras algunas salidas inconsistentes. Sin embargo, su desempeño volvió a quedar por debajo de las expectativas: permitió cuatro carreras limpias, otorgó tres boletos y solo pudo completar cuatro entradas. Fue su apertura más corta de la temporada y su efectividad se elevó a 4.68. Al finalizar el juego, el propio lanzador no ocultó su frustración. «Apesta tener que salir y lanzar mal», declaró con honestidad ante los medios. «Pero al menos nuestros muchachos pudieron anotar algunas carreras».

El mánager Dave Roberts también se pronunció sobre la actuación de May. Aunque reconoció que el equipo no lo respaldó defensivamente, dejó claro que la situación empieza a generar inquietud. «Obviamente, esta noche Dustin no estuvo fino», comentó. «Pero compitió y nos dio una oportunidad de ganar». A pesar del respaldo verbal, el tono de Roberts reflejó que la paciencia con el lanzador podría estar llegando a su límite.

Más allá de las palabras, los números hablan por sí solos. May ha otorgado 13 bases por bolas en sus últimas cuatro aperturas, y ya ha superado el total de entradas lanzadas en toda la temporada anterior. El desgaste físico y mental parece estar afectando su rendimiento, y las dudas sobre su lugar en la rotación comienzan a crecer.

Cuando se le preguntó si May podría estar lanzando por su puesto en la rotación una vez que los abridores lesionados regresen, Roberts dudó. «No lo sé. Personalmente no me fijo mucho en la efectividad… pero ha habido boletos innecesarios y algunos lanzamientos mal ubicados», respondió. Esa pausa, más que sus palabras, dejó entrever que el margen de error se está reduciendo.

En una rotación plagada de talento y con aspiraciones de postemporada, la competencia interna es feroz. La continuidad no se regala, se gana con resultados. Y aunque May ha demostrado tener el talento para ser una pieza clave, su presente genera más preguntas que certezas.

Mientras tanto, la ofensiva de los Dodgers continúa siendo el salvavidas del equipo. Una vez más, los bates respondieron en el momento justo para revertir un marcador adverso y asegurar la victoria. Sin embargo, si el equipo quiere llegar lejos en octubre, necesitará más estabilidad desde el montículo.

La situación de Dustin May será uno de los focos a seguir en las próximas semanas. Su capacidad para recuperarse y reencontrar su mejor versión podría ser determinante en el destino de los Dodgers esta temporada.