El pitcher de New York Mets, David Peterson, se puso furioso contra su propio manager

Parecía una jornada tranquila sobre la lomita para el pitcher de New York Mets, David Peterson. Su partido contra Washington Nationals fue dominante al permitir sólo un hit en 5.1 entradas y navegaba con solo 77 lanzamientos. Sin embargo, la decisión llegó desde el dugout, y su noche estaba acabada. No fue el marcador lo que contó toda la historia; fue el fuego en los ojos de Peterson.

Esa ventaja no pasó desapercibida. El mánager de los Mets, Carlos Mendoza, en su primer año desenvolviéndose en la dinámica del vestuario de Nueva York, reconoció algo más profundo tras el comportamiento tranquilo de Peterson. No se trataba solo de un lanzador que estaba teniendo un buen partido. Era un competidor que quería la pelota, que creía que el montículo aún le pertenecía. Y Mendoza no iba a criticar eso. Al contrario, lo agradeció.

Ante la plática con su manager, David Peterson mostró su ira sin hacer gesticulaciones violentas, ni gritos, manotazos o patadas. Su mirada furiosa era evidente ante el posible cambio. «Quiere estar en los momentos más importantes del partido. En un partido importante, quiere ser el líder. Con las bases llenas contra el mejor bateador, quiere estar ahí», dijo Carlos Mendoza a los periodistas antes del partido. «Solo unas cuantas veces lo llevé antes, ¿saben?, estaba furioso. Así que me gusta eso». Esa mentalidad, según el manager de New York Mets, no se trata solo de orgullo; se trata de identidad.

Peterson no es el más ruidoso de la sala, pero sí uno de los más intencionales. Mendoza recordó los primeros entrenamientos de primavera, cuando Peterson ni siquiera tenía autorización para lanzar competitivamente. Desde su regreso al campo de lanzamiento, Peterson ha demostrado cierta determinación en gestos pequeños pero impactantes. Adaptando sus lanzamientos con precisión en cada lanzamiento y manteniendo la compostura durante los momentos tensos del juego, y sí, su decepción cuando le arrebatan la pelota.

Los Mets siguen buscando estabilidad en 2025, pero Mendoza percibe en Peterson más que un lanzador confiable. Ve determinación y valentía para afrontar los retos. Un tipo que busca el éxito. Si sacarlo de la alineación lleva a presenciar más esa pasión, Mendoza está de acuerdo. En una alineación que ha pasado por pruebas y cambios, una cosa es segura: Peterson no solo regresa; está dejando huella.

David Peterson no solo lanzó bien; dominó la noche en el Citi Field . El 11 de junio, el lanzador zurdo brilló al lanzar su primera blanqueada en un juego completo, lo que permitió a los Mets asegurar una victoria de 5 a 0 contra los Nacionales de Washington. Peterson demostró su talento desde el comienzo del juego, ponchó a los siete bateadores que enfrentó y desplazándose con destreza por la alineación de los Nacionales con confianza. Terminó la noche con 106 lanzamientos, seis ponches, ninguna base por bolas y solo seis hits permitidos, dominando las entradas con la maestría de un veterano.