Sin anillo de Serie Mundial, el expelotero de Seattle Mariners dejó grandes marcas en el equipo Leer
Ichiro Suzuki abrió el camino a Shohei Ohtani tras convertirse en el primer japonés que entra al Salón de la Fama

Noboyuki Suzuki, padre de Ichiro, desde temprana edad le obligó a realizar una rutina profesional de béisbol con estándares militares. Pero esa disciplina férrea del Japón le permitió llegar a la MLB en 2001. Previo a su llegada a Estados Unidos, incursionó en siete temporadas dentro de la pelota profesional japonesa, con el Orix BlueWave del puerto industrializado de Kobe donde ganó tres veces el premio al Jugador Más Valioso. Su talento para batear en todas direcciones merecía ser reconocido a mayor escala.
En 2001, se convirtió en el primer jugador japonés de posición en llegar a las Grandes Ligas. La era post-Ken Griffey Jr., Alex Rodríguez y Randy Johnson en Seattle, pasó a tener como estandarte a un pelotero novato, proveniente del otro lado del Océano Pacífico, que tenía un peculiar estilo para pararse en la caja de bateo. Todos, sin excepción, se preguntaron lo mismo: ¿acaso están locos los Mariners?
Sorpresivamente, Seattle ganó 116 partidos con una brillante temporada de debut de Suzuki, quizá el año de novato más completo en la historia de la liga: .350 de promedio, 242 imparables, 127 carreras anotadas, 58 bases robadas, ocho cuadrangulares y 68 remolques, una línea inasequible para un primer bate terrenal. Fue condecorado como Novato del Año y MVP, segundo pelotero en toda la historia en alcanzar dicha proeza -en 1975, Fred Lynn de los Red Sox lo consiguió, aunque con un registro mucho más discreto que el del japonés-.
Suzuki pasó 12 temporadas en Seattle, donde eclipsó varios récords improbables: promedio, robos, hits. Además de coleccionar 10 guantes de oro consecutivos y tres bates de plata. Nunca ganó un anillo de Serie Mundial. Ni siquiera estuvo cerca. Pero a nadie le importó. Fue tan bueno que hay quien piensa que rivaliza con Ken Griffey Jr. por el apelativo de mejor jugador en la historia de la franquicia.
El 23 de julio de 2012 Ichiro fue canjeado a los Yankees, pero no fue en el momento adecuado. Perdió velocidad en las piernas, habilidad con en el bate y su brazo ya no era el mismo de antes. La curva de descenso natural de la vida. Su consistencia y dedicación fueron retribuidas: rompió la barrera de los 4,000 imparables como pelotero profesional, incluyendo su estancia en Japón. Para poner en perspectiva el hecho, solo Pete Rose y Ty Cobb han logrado hacerlo en toda la historia.
Ichiro Suzuki nunca se preocupó por hacer más grandes sus bíceps, maquillar su leyenda o granjearse una reputación como ídolo pop. Él, fiel a su condición y origen, fue mucho más concreto: nunca dejó de esforzarse. Bajo esta mentalidad, el Salón de la Fama prepara el espacio para recibir al segundo japonés de las Mayores: Shohei Ohtani, quien deslumbró en Anaheim Angels y actualmente brilla dentro de Los Angeles Dodgers en pitcheo y en bateo, donde seguramente llegará a Cooperstown en el futuro.
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