Predicar con el ejemplo es la mejor reprimenda y el líder de los Yankees lo hace a la perfección Leer
Jazz Chisholm pierde los papeles contra el ampayer y se lleva un tirón de orejas de Aaron Judge

La sexta expulsión en la carrera de Jazz Chisholm se dio la noche del jueves durante la ‘fatídica’ séptima entrada del partido que los New York Yankees jugaron ante los Tampa Bay Rays en el George Stainbrenner Field, casa alternativa de los de la Florida luego de no poder usar el Tropicana Field, dañado por el huracán Milton en octubre pasado.
El problema no fue la decisión en sí, sino que el pelotero, famoso por aportar un poco de teatralidad a este tipo de momentos y a su juego en general, se excedió en sus reclamos al umpire principal John Bacon luego de que le cantara lo que desde su perspectiva no eran strikes y que desembocaron en un ponche ‘sin tirarle’ propinado por el relevista de los Tampa Bay RaysMason Montgomery.
Después de los airados reclamos de Chisholm tuvo que intervenir el manager Aaron Boone, quien no logró contener los ímpetus de su pelotero y fue cuando sobrevino la expulsión que sólo intensificó la reacción del beisbolista, quien furioso tomó su teléfono y posteó un polémico mensaje en su cuenta de la plataforma X: «Not even f-ing close!!!!!«: otro grave problema, pues los jugadores no pueden usar dispositivos durante los partidos, y mucho menos para atacar a un árbitro.
Chisholm borró casi de inmediato su publicación, pero las cosas ya habían ido demasiado lejos y el asunto podría no parar allí, pues además de su reinicidencia, Chisholm puede enfrentar un castigo ejemplar por parte de la MLB, a diferencia de alguien tan temperamental como él, pero con un mayor equilibrio emocional y control de su efervescencia como Aaron Judge, quien también ha sido expulsado por la misma razón, pero ha sabido responder con hechos y no sólo con palabras descontroladas.
Los Yankees ganaron el partido por 6 a 3, y Chisholm salió a disculparse: «Perdí la compostura. Perdí la calma«, pero el precedente será difícil de borrar. La única salida es que Jazz haga lo que Judge, que cierre más la boca y abra más su capacidad para hablar con el bat.
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