Por: Orlando Benítez Quintero Fue apenas un instante. Caminaba por un centro comercial de Montería cuando pasé junto a dos personas conversando en las afueras de una cafetería. Sobre una de las sillas, dentro de un bolso pequeño, la forma era inconfundible: en su interior había un arma de fuego. No era la primera vez
La entrada Armas en la mesa de al lado se publicó primero en RÍO NOTICIAS.
Armas en la mesa de al lado

Por: Orlando Benítez Quintero
Fue apenas un instante. Caminaba por un centro comercial de Montería cuando pasé junto a dos personas conversando en las afueras de una cafetería. Sobre una de las sillas, dentro de un bolso pequeño, la forma era inconfundible: en su interior había un arma de fuego. No era la primera vez que veía algo parecido. En restaurantes, parques y otros espacios familiares se repite la escena: gente armada en lugares donde, en teoría, deberíamos sentirnos seguros.
He aquí la paradoja. Montería presume hoy, con evidencias, mejores cifras de seguridad que hace unos años. Según el Observatorio del Delito, en el primer semestre de 2025 los homicidios se redujeron en un 69 % respecto al mismo periodo del año anterior. Otros delitos también han caído: hurto a personas, 4 %; hurto a comercio, 12 %; y extorsión, 13 %. Este último delito, aunque en descenso, sigue siendo el lunar. El propio ministro de Defensa lo reconoció en su visita reciente a la ciudad.
Las encuestas de percepción confirman la mejora: en marzo de 2025, el 73 % de los monterianos dijo sentirse seguro en la ciudad, frente al 61 % registrado apenas cinco meses antes. Sin embargo, en medio de esas buenas noticias aparece esta inquietud: ¿por qué tantas personas siguen portando armas en restaurantes, parques y centros comerciales? ¿Es miedo, desconfianza o una falsa sensación de poder?
Los últimos meses han dejado señales preocupantes. Un homicidio en el Pasaje del Sol y disparos —al parecer con un arma traumática— en el casino de otro centro comercial recordaron que basta un segundo para que la tranquilidad se rompa. La sola presencia de un arma, aunque sea legal, multiplica el riesgo: un malentendido, una discusión acalorada, y la tragedia puede ser cuestión de segundos.
Montería, por su condición de capital región, recibe cada día a miles de foráneos que llegan por negocios, estudios, salud o comercio. Esa dinámica la convierte en un punto de encuentro entre quienes se conocen de toda la vida y quienes apenas transitan por la ciudad. En ese cruce de historias, la convivencia se vuelve frágil y exige más prevención que reacción.
No se trata de desconocer que hay contextos donde la seguridad privada es necesaria. Se trata de preguntarnos si es coherente que, en una ciudad que muestra avances en convivencia, normalicemos armas en espacios de alta afluencia.
Las cifras pueden decir que estamos mejor, y probablemente así sea. Pero mientras en la mesa de al lado siga reposando un bolso que oculta un arma, la sensación de paz seguirá siendo eso: apenas una sensación.
¿Tienes historias sobre Montería?
Comparte tus experiencias o perspectivas únicas en forma de historias y forma parte de nuestra narrativa, únete a nuestro equipo de creadores de contenido y contribuye a dar forma nuestra cultura raizal.