Un potente terremoto de magnitud 6,1 sacudió este sábado 10 de agosto a las 7:53 p.m. (hora local) la región noroeste de Turquía, con epicentro en el distrito de Sındırgı, en la provincia de Balıkesir. El movimiento telúrico, registrado a una profundidad superficial de aproximadamente 10 kilómetros, generó alarma en varias ciudades, incluyendo Estambul e Izmir, donde también se sintieron los temblores.
El sismo tomó por sorpresa a miles de personas. Las autoridades locales han confirmado que al menos una decena de edificaciones resultaron afectadas, entre ellas viviendas, comercios y un minarete que colapsó parcialmente. Cuatro personas fueron rescatadas con vida de entre los escombros, mientras que los equipos de emergencia continúan trabajando contra el tiempo para localizar a otras dos personas que podrían estar atrapadas.
Hasta el momento, se ha informado que cuatro personas permanecen hospitalizadas, todas con lesiones no graves y en condición estable, según el reporte más reciente del Ministerio de Salud turco.
Una réplica de magnitud 4,6 ocurrió pocas horas después del sismo principal, lo que incrementó la preocupación entre la población. Las autoridades han instado a los ciudadanos a no ingresar a edificaciones dañadas, debido al riesgo de colapso ante nuevas réplicas o inestabilidad estructural.
La Agencia de Gestión de Desastres y Emergencias de Turquía (AFAD) activó protocolos de emergencia en la región afectada y desplegó unidades de búsqueda y rescate desde ciudades vecinas. El Gobierno también ha ofrecido apoyo logístico y humanitario a los damnificados.
El presidente Recep Tayyip Erdoğan expresó su solidaridad con los afectados y aseguró que el Estado brindará toda la ayuda necesaria para atender la emergencia y acelerar las labores de reconstrucción. “Nuestros equipos están trabajando sin descanso. No dejaremos a nadie solo en este momento difícil”, manifestó el mandatario.
