Este jueves 20 de marzo, el ejército israelí intensificó sus operaciones en la Franja de Gaza, marcando una escalada significativa en el conflicto. A través de su portavoz en árabe, Avichay Adraee, se emitieron órdenes de evacuación urgentes para la localidad de Bani Suhaila, en el sur del enclave. «Esta es la última advertencia antes del ataque. Hemos advertido sobre esta área muchas veces», declaró Adraee en su cuenta de X.
Esta acción se suma a las operaciones terrestres ya en curso en Rafah, Beit Lahia y otras áreas centrales de Gaza, todas retomadas tras la ruptura de la tregua el pasado lunes. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, justifica estas acciones como un intento de forzar a Hamás a liberar a los rehenes restantes, mientras que los bombardeos de este jueves han dejado un saldo de al menos 91 fallecidos, según las autoridades locales.
Estados Unidos respalda «plenamente» la ruptura de la tregua y responsabiliza a Hamás, aumentando la tensión regional
El respaldo de Estados Unidos a la decisión de Israel de retomar los ataques ha sido contundente. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que el presidente Donald Trump apoya «plenamente» las acciones israelíes, culpando a Hamás de la ruptura del alto el fuego. Leavitt recordó las advertencias previas de Trump sobre las consecuencias de no liberar a los rehenes, acusando a Hamás de «jugar con las vidas en los medios de comunicación». Este respaldo estadounidense añade una capa de complejidad al conflicto, reforzando la postura de Israel y elevando las tensiones en la región.
Aumenta el número de víctimas y la incertidumbre sobre el futuro del conflicto
El recrudecimiento de los ataques ha elevado el número de víctimas a 591 fallecidos en tres días, según el Ministerio de Salud de Gaza. El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, advirtió a los residentes de Gaza que «lo que viene será mucho más duro», instándolos a seguir el consejo del presidente Trump. La ONU informó sobre la muerte de uno de sus empleados en Gaza, evidenciando el creciente peligro para los civiles. La situación humanitaria se deteriora rápidamente, con miles de desplazados y una escasez crítica de suministros básicos. Analistas señalan que las posturas inflexibles de ambas partes dificultan la posibilidad de un nuevo acuerdo de cese al fuego, dejando un futuro incierto para la región.
