El tribunal de Vannes, Francia, ha dictado una sentencia de 20 años de prisión contra el excirujano Joël Le Scouarnec, hallándolo culpable de violación y agresión sexual agravada. Esta condena, la pena máxima para el delito de violación en el país, cierra un capítulo doloroso para las 299 víctimas, en su mayoría menores de edad, que sufrieron abusos por parte del médico entre 1989 y 2014 en diversos hospitales de Bretaña. El juicio, calificado como el de pederastia más grande en la historia de Francia, reveló la sistemática conducta delictiva de Le Scouarnec, quien admitió su culpabilidad durante el proceso.
El caso salió a la luz en 2017 tras la denuncia por abuso de una vecina de 6 años, lo que llevó al descubrimiento de diarios detallados por Le Scouarnec sobre sus crímenes y la incautación de material de explotación sexual infantil. Estas pruebas fueron cruciales para este segundo juicio en su contra, donde el excirujano también reconoció su responsabilidad en la muerte de dos expacientes que se suicidaron tras enterarse de que aparecían en sus escritos. La mayoría de las víctimas no recordaban los abusos y solo se enteraron tras ser contactadas por la policía.
A pesar de la condena, muchas víctimas han expresado frustración por el impacto mediático limitado del caso en Francia y han manifestado que el remordimiento de Le Scouarnec no parece sincero. Mientras la defensa argumenta la sinceridad de las confesiones, las víctimas, algunas de las cuales sufren trastornos de salud mental y adicciones como resultado de los abusos, esperan que el encarcelamiento del excirujano garantice que no siga dañando a la sociedad. Este caso también ha reabierto el debate sobre cómo condenas previas por delitos similares no impidieron que Le Scouarnec continuara ejerciendo y teniendo contacto con menores.
