La NASA ha emitido una alerta tras detectar nuevas tormentas solares extremas que podrían impactar directamente el campo magnético terrestre en los próximos días. Aunque estos fenómenos no representan un riesgo directo para la salud humana, sí suponen una amenaza significativa para la infraestructura tecnológica del planeta. Entre las posibles consecuencias se encuentran apagones masivos, fallas en redes eléctricas y afectaciones a satélites y sistemas de comunicación.
Para enfrentar este desafío, la agencia espacial estadounidense ha activado la misión TRACERS (Tandem Reconnection and Cusp Electrodynamics Reconnaissance Satellites), compuesta por dos naves gemelas que estudiarán en detalle cómo el escudo magnético de la Tierra interactúa con el viento solar. La misión busca entender cómo se propagan las tormentas solares y cómo mitigar su impacto en la tecnología moderna. Según Sean Duffy, administrador interino de la NASA, este proyecto será clave para “decodificar el clima espacial y anticipar eventos de alto riesgo”.
Los datos que recojan los satélites permitirán a los científicos monitorear en tiempo real la actividad electromagnética en la magnetósfera terrestre y evaluar los riesgos que estas tormentas representan para redes eléctricas, navegación aérea, internet satelital y otros sistemas sensibles. Mientras tanto, expertos llaman a fortalecer la resiliencia de las infraestructuras tecnológicas ante fenómenos solares cada vez más intensos, consecuencia directa del actual ciclo de máxima actividad del Sol.
