Una diminuta creación del colectivo artístico neoyorquino MSCHF se convirtió en objeto de fascinación y controversia tras ser subastada por más de 63.000 dólares, aproximadamente 300 millones de pesos colombianos. Se trata del “bolso microscópico”, una pieza de apenas unos micrómetros de tamaño que solo puede observarse a través de un microscopio digital incluido con
La entrada Subastan el bolso más pequeño del mundo por $300 millones se publicó primero en RÍO NOTICIAS.
Una diminuta creación del colectivo artístico neoyorquino MSCHF se convirtió en objeto de fascinación y controversia tras ser subastada por más de 63.000 dólares, aproximadamente 300 millones de pesos colombianos. Se trata del “bolso microscópico”, una pieza de apenas unos micrómetros de tamaño que solo puede observarse a través de un microscopio digital incluido con la compra. Inspirado en un diseño icónico de Louis Vuitton, el bolso fue fabricado mediante una avanzada técnica de impresión 3D conocida como polimerización de dos fotones, empleada comúnmente para trabajos en microescala.
La subasta fue organizada por Joopiter, la casa de subastas en línea fundada por el músico Pharrell Williams, actual director creativo de la línea masculina de Louis Vuitton. Sin embargo, el colectivo MSCHF aclaró que no solicitó autorización a la marca francesa para replicar su característico diseño y logo en esta obra en miniatura. Este gesto deliberado pone de nuevo en evidencia el estilo provocador del grupo, conocido por cruzar los límites del arte y la propiedad intelectual como parte de su narrativa crítica hacia el consumo de lujo.
Fundado en 2016 por Gabriel Whaley, un excolaborador de BuzzFeed, MSCHF ha generado titulares con sus irreverentes propuestas artísticas que cuestionan el capitalismo desde dentro. Entre sus proyectos más polémicos se encuentra la creación de los “Satan Shoes” junto al rapero Lil Nas X, unos tenis modificados con gotas de sangre humana que generaron una demanda por parte de Nike. Fieles a su filosofía de sátira nihilista, el colectivo continúa desafiando los códigos de la moda y el arte contemporáneo, convirtiendo lo absurdo en una forma rentable de provocación cultural.