En un giro inesperado dentro del proceso judicial que se le sigue desde 2014, el expresidente Álvaro Uribe Vélez anunció este viernes 2 de mayo su decisión de renunciar a la prescripción del caso relacionado con presuntas interceptaciones ilegales a negociadores de paz en La Habana, Cuba. Durante una audiencia en Bogotá, el exmandatario manifestó su deseo de que el caso continúe para que se esclarezcan los hechos y se conozca la verdad.
Ese mismo día, la Fiscalía General de la Nación solicitó a una jueza de conocimiento la preclusión del proceso en lo referente al delito de concierto para delinquir agravado, al considerar que ya se cumplieron los tiempos legales para la investigación. No obstante, la entidad aseguró que seguirá adelante con el trámite de los cargos relacionados con el uso de software malicioso, violación de datos personales y acceso abusivo a sistemas informáticos, todos en modalidad agravada.
Ante esta situación, Uribe intervino directamente durante la audiencia para expresar su oposición a la petición de preclusión. El exjefe de Estado, que ha negado en varias ocasiones cualquier participación en los hechos investigados, reiteró su disposición a que la justicia actúe con total transparencia. Su decisión ha generado diversas reacciones en el ámbito político y jurídico, especialmente por el impacto simbólico y legal que implica renunciar voluntariamente a un recurso como la prescripción.
