Un juego de alarido en Yankee Stadium en el que la novena angelina se levantó de un 5-0 y terminó ganando 7-6 a unos Yankees que soñaron, pero no les alcanzó Leer
Luego del aplastante triunfo sobre los Dodgers de Los Ángeles en el cuarto juego la noche del martes en Yankee Stadium, los Mulos de Manhattan conducidos por Aaron Boone buscaban hilar triunfos para llevar la serie de vuelta a Dodger Stadium, pero la última palabra la tuvieron los angelinos, quienes terminaron coronándose en patio ajeno en un Clásico de Otoño más que merecido al remontar y terminar con una pizarra de 7-6.
Temprano los Yankees dieron la muestra de que no querían irse humillados ante su público y en su parque, pues en la primera entrada Juan Soto se embasó por pasaporte de Jack Flaherty y corrió por delante de Aaron Judge, quien despertó a la hora buena para volarse la barda del central al primer pitcheo del abridor de los Dodgers para el 2-0, ventaja que de inmediato amplió el siguiente en el orden al bat Jazz Chisholm, por la misma dirección y con la misma intensidad en jonrón solitario.
En su siguiente turno al bat los de El Bronx volvieron a producir con una línea de hit de Alex Verdugo al jardín derecho para que Volpe pisara la registradora para el 4-0.
En el cierre del tercer rollo los Dodgers mandaron a Ryan Brasier para reemplazar a Anthony Banda. Al primer disparo Giancarlo Stanton lo recibió con dinamita y se mandó un gran cuadrangular a las gradas del jardín derecho para el 5-0.
Los bats de los Dodgers seguían apagados gracias a la gran labor de Gerritt Cole, pero llegó una quinta entrada de pesadilla en la que una cadena de errores, primero de Judge y luego de Chisholm permitió que se le llenara la casa al abridor de los Yankees.
Cole se quedó atorado en una rola a primera de Mookie Betts, Rizzo no pudo hacer el out en la inicial y esto permitió que Kiké Hernández pisara la registradora. Las bases seguían llenas y un sencillo al central de Freeman produjo las carreras de Edman y Smith para poner de vuelta a los Dodgers con el 5-3. Luego vino Teoscar Hernández con un doblete al central que mandó a la registradora a Mokkie Betts y a Freddie Freeman para el empate a cinco carreras.
Al final del quinto parecía que los Dodgers también cometían un error al mandar a la lomita a Alex Vesia, quien permitió que se le llenara la casa de Yankees, golpeando a Wells y caminando a Verdugo, aunque salió del apuro ponchando a Gleyber Torres.
Los Yankees se despegaron en la sexta luego de que Graterol relevara a Vesia y regalara sendos pasaportes a Soto y Judge. Vino Chisholm con un rodado a segunda que puso fuera de combate a Judge pero que dejó a Soto en la antesala. Giancarlo Stanton pegó elevado de sacrificio y permitió a Soto llegar a la registradora en pisa y corre.
La ventaja Yankee era frágil y la octava comenzó con malos presagios. Los Mulos mandaron a Tommy Kahnle en lugar de Clay Holmes, y la pradera se le empezó a quemar al relevista al permitir sencillos de Kiké y Edman, más un pasaporte a Smith. Luego vino Luke Weaver a la loma y sin outs y con las bases llenas enfrentó a Gavin Lux que pegó un fly de sacrificio al central que permitió que Kiké hiciera la del empate a 6.
Ohtani avanzó a la inicial tras una interferencia del catcher y acto seguido otro fly de sacrificio ahora de Mookie Betts permitió a Edman hacer la séptima. Al final los Yankees intentaron infructuosamente hacer la del empate o algún milagro que alargara el juego y la serie para volar a Los Ángeles. Ya no fue necesario.
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