El pitcher dominicano aprovechó la visita de su exequipo a Sacramento para hablar del tema Leer
Hay veces que el ‘timing‘ importa, y para exponer ciertas realidades importa más, y eso parece saber el pitcher dominicano Luis Severino, quien aprovechó la visita de su exequipo, los New York Mets al Sutter Health Park de Sacramento, donde los Oakland Athletics juegan como locales esta temporada, para aventarles una o dos verdades a la cara.
El serprentinero quisqueyano afirmó ante los medios que cubren esta visita de los de Queens a los Athletics que él se quería quedar en la novena neoyorkina, y que incluso estuvo dispuesto a ofrecerles un considerable descuento con el fin de seguir siendo parte del equipo, pero que los Mets no quisieron saber nada.
Esta será la primera de tres temporadas que el lanzador derecho firmó con Oakland por $67 millones de dólares, una cantidad mayor por la que se hubiera quedado en los Mets, aunque ese contrato lo hubiera firmado sólo por dos años. Severino dijo que la oferta que su agente dejó en la mesa de los de Queens era de 40 millones.
Por su parte, los Mets estaban dispuestos a ofrecerle sólo 34 millones, la cantidad por la que Frankie Montás recaló en el equipo, y a pesar de que le ofrecieron para esta temporada una oferta calificada de $21.05 millones, Severino consideró que no era justo y decidió irse, pues no sintió que lo quisieran en la organización: «Intentaba quedarme con los Mets. De hecho, pedí menos dinero para quedarme allí. Pero no entraba en sus planes. Al principio, me sorprendió, pero al final, eran negocios y tenían que ocuparse de otras cosas«, dijo el dominicano.
Luego de haber estado lesionado en su estancia con los Yankees, Severino se enfocó en mantenerse sano para mostrar su relevancia con los Mets, equipo que consideraba un gran lugar para trabajar, pero eso no resultó ser suficiente para quedarse: «Sabía que iba a ser menos dinero, pero el ambiente allí, los entrenadores, eran increíbles. Todo iba bien, así que intentaba sacrificar más dinero para quedarme en un lugar donde sabía que podía mejorar«.
Al final, la historia no terminó como el pelotero esperaba.
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